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La intencionalidad en el crecimiento espiritual

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La intencionalidad en el crecimiento espiritual.

Seguimos con la segunda plática nuestra serie “Crece”.

La semana pasada aprendimos que Dios espera que crezcamos y demos fruto, porque así como sucede en la naturaleza, donde las plantas crecen, las animales crecen y los seres humanos crecemos, en nuestra vida con Dios también debemos crecer. El estancamiento espiritual no es algo natural, no nos aporta beneficios ni es algo que a nuestro Dios le agrade.

Vimos que en la naturaleza algunos elementos del crecimiento suceden por sí solos, pero en la vida espiritual el crecimiento debe ser un objetivo personal. Vamos a revisar algunos fragmentos de las Escrituras que nos instan a crecer, poniendo especial atención a las órdenes expresadas:

1 Pedro 2:2 Deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación, 3 ahora que han probado lo bueno que es el Señor.

2 Pedro 2:5-11 Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; 6 al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; 7 a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, les harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos. 9 En cambio, el que no las tiene es tan corto de vista que ya ni ve, y se olvida de que ha sido limpiado de sus antiguos pecados. 10 Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, 11 y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

1 Timoteo 4:7-8; 14-15

Rechaza las leyendas profanas y otros mitos semejantes. Más bien, ejercítate en la piedad, 8 pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una promesa no sólo para la vida presente sino también para la venidera…14 Ejercita el don que recibiste mediante profecía, cuando los ancianos te impusieron las manos.15 Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos, de modo que todos puedan ver que estás progresando.

2 Timoteo 2:1 Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús…

Si pusieron atención a las órdenes de los escritores bíblicos notaron que dicen: deseen con ansias, esfuércense por añadir, esfuércense más todavía, ejercítate en la piedad, ejercita el don que recibiste, sé diligente, entrégate, fortalécete en la gracia.

Todas estas son órdenes dirigidas al intelecto de los creyentes las cuales, si se llevan a cabo, traerán crecimiento y progreso en la fe. De todo esto aprendemos que: El crecimiento espiritual demanda intencionalidad.

El crecimiento espiritual no va a suceder por sí solo, ni por casualidad, ni manera improvisada. Si queremos crecer en nuestra vida con Dios, debemos ser intencionales. Y la intencionalidad implica planear, determinar y perseguir algo específico. Sin duda todos tenemos diferentes áreas de nuestra vida en las que aún nos falta crecer, y esta plática puede ayudarnos a identificar algunas de ellas.

¿En qué debemos ser intencionales para crecer y madurar espiritualmente?

1. En buscar alimento espiritual.

No podemos crecer si no nos alimentamos; pero el alimento espiritual lo debemos buscar. El Apóstol Pedro dijo:

1 Pedro 2:2-3 deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación, ahora que han probado lo bueno que es el Señor.

Aquí, el Apóstol Pedro nos habla de desear la leche pura de la palabra, es decir, buscar el alimento directo de la Biblia. No está hablando de predicaciones, sino de leer la palabra de Dios y alimentarnos de ella directamente. Y eso no nos va a pasar, nosotros debemos hacer que suceda y para eso necesitamos intencionalidad (Estirarnos, extendernos para llevar a cabo algo). Intencionalidad tiene que ver con lo que voy a hacer para lograr lo que quiero. Significa pensar y planear, pero no basta con eso, ni basta sólo con orar; debemos dar los pasos necesarios. Así como es sencillamente imposible llegar de un sitio a otro si no nos movemos en la dirección correcta, tampoco podemos continuar viviendo como siempre lo hemos hecho y al mismo tiempo pensar que creceremos.

En las historias de la Biblia, todos los hombres y mujeres que crecieron en su fe fueron intencionales. Todos actuaron. Todos hicieron grandes ajustes que les permitieron crecer en la fe. La fe cristiana no se trata sólo de conocer las verdades bíblicas, se trata de identificar qué verdades necesito abrazar para experimentar un verdadero crecimiento. La mejor evidencia de crecimiento es la transformación. (Imagen de una oruga y una mariposa)

¿En qué debemos ser intencionales para crecer y madurar espiritualmente?

2. En añadir suplementos a la fe.

(Suplemento: que sirve para complementar algo que falta)

El mismo apóstol Pedro que nos insta a desear la leche pura de la palabra, nos insta también a esforzarnos a crecer en nuestra fe añadiendo algunos suplementos espirituales. Veamos:

2 Pedro 1:5-11 Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; 6 al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; 7 a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, les harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos. 9 En cambio, el que no las tiene es tan corto de vista que ya ni ve, y se olvida de que ha sido limpiado de sus antiguos pecados. 10 Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, 11 y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

El apóstol Pedro tenía muy claro que la fe cristiana no se limita a creer en Dios, (Santiago nos enseña que los demonios también creen en Dios y tiemblan, pero eso no los hace cristianos).Para el apóstol Pedro, la fe es algo que debe crecer y extenderse a muchas otra áreas de nuestra vida.

La fe es la base de nuestra relación con Dios, y es precisamente nuestra fe la que nos debe conducir a crecer en los otros siete aspectos que menciona el apóstol Pedro.

* A nuestra fe debemos añadirle virtud= valor y excelencia.

* A la excelencia, debemos añadirle entendimiento: conocimiento completo, sabiduría. (Cursos de discipulado y disciplinas espirituales)

* Al entendimiento completo hay que sumarle dominio propio: moderación y mesura.

* Al dominio propio agregar constancia: resistencia o aguante alegre

* A la constancia se le debe añadir devoción a Dios = Adorar bien, ser amable con Dios.

¿Cuántos de nosotros hemos sido indiferentes con Dios alguna vez? ¿Cuántos le hemos ignorado, especialmente cuándo no responde nuestras oraciones como esperábamos? ¿Cuántas veces no hemos hecho lo que sabemos que él esperaba que hiciéramos? ¿Cuántas ocasiones hemos sido rebeldes? Definitivamente a veces no somos amables con Dios…

* A la devoción a Dios debemos añadir afecto fraternal: (amor del

vientre) Según estas palabras, se espera que como cristianos seamos amistosos, empáticos, comprensivos, cordiales, discretos, confiables. No rasposos, no espinosos, no secos, no agrios, no violentos…ni críticos ni chismosos.

Si el afecto fraternal te parecía mucho pedir, Pedro va más allá, y finalmente, cierra su lista de añadiduras con broche de oro, exhortándonos a crecer en amor. Verdadero amor, no amor improvisado, ni emocional, ni circunstancial, ni fingido, ni egocéntrico. Pedro nos insta a añadirle a nuestra fe amor agape= Amor fiel, amor comprometido, amor que sana, amor que resiste, amor que cubre, amor que protege, amor atento, amor generoso, amor servicial, amor firme…amor como el de nuestro Padre celestial.

¿Qué sucede cuando un cristiano no crece? El apóstol Pedro dice que se vuelve inútil e improductivo. Se vuelve estéril. Y esta es la triste realidad de muchos cristianos que no crecen en su fe. Vayamos a un pasaje de las Escrituras que es clave para identificar la verdadera fe cristiana.

Santiago 2:14-20,26

14 Amados hermanos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones? ¿Puede esa clase de fe salvar a alguien?15 Supónganse que ven a un hermano o una hermana que no tiene qué comer ni con qué vestirse 16 y uno de ustedes le dice: «Adiós, que

tengas un buen día; abrígate mucho y aliméntate bien», pero no le da ni alimento ni ropa. ¿Para qué le sirve?17 Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil.18 Ahora bien, alguien podría argumentar: «Algunas personas tienen fe; otras, buenas acciones». Pero yo les digo: «¿Cómo me mostrarás tu fe si no haces buenas acciones? Yo les mostraré mi fe con mis buenas acciones».19 Tú dices tener fe porque crees que hay un solo Dios. ¡Bien hecho! Aun los demonios lo creen y tiemblan aterrorizados. 20 ¡Qué tontería! ¿Acaso no te das cuenta de que la fe sin buenas acciones es inútil? 26 Así como el cuerpo sin aliento] está muerto, así también la fe sin buenas acciones está muerta.

¿En qué debemos ser intencionales para crecer y madurar espiritualmente?

3. En sufrir penalidades personales

Otro aspecto que nos da crecimiento es soportar el sufrimiento. No estamos hablando de buscar el sufrimiento ni de provocar el sufrimiento. Pero en la vida a veces el sufrimiento simplemente llega por diversas situaciones, y muchos, muchísimos cristianos, cuando llega la dificultad, abandonan el camino. El Apóstol Pablo dice:

2 Timoteo 2:3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.

Aquí dice que a las penalidades no hay que sacarles la vuelta, hay que enfrentarlas, hay que sufrirlas. Tampoco dice que las debemos buscar, dice que cuando lleguen las debemos sufrir, es decir, las debemos sentir, experimentar…para poder aprender de ellas y crecer gracias a ellas.

Cuando Pablo exhorta a Timoteo a sufrir y no a ignorar a o a tratar de escapar de las penalidades, le está hablando desde su propia experiencia personal, que por cierto, en esta área era mucha. Veamos las siguientes palabras de Pablo:

1 Corintios 4:11-12 11 Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija 12 Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos. 13 Nos

difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos.

2 Corintios 4:8 8 … estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.

2 Corintios 11:23-28

23 ¿Son siervos de Cristo? Sé que sueno como un loco, ¡pero yo lo he servido mucho más! He trabajado con más esfuerzo, me han encarcelado más seguido, fui azotado innumerables veces y enfrenté la muerte en repetidas ocasiones. 24 En cinco ocasiones distintas, los líderes judíos me dieron treinta y nueve latigazos. 25 Tres veces me azotaron con varas. Una vez fui apedreado. Tres veces sufrí naufragios. Una vez pasé toda una noche y el día siguiente a la deriva en el mar. 26 He estado en muchos viajes muy largos. Enfrenté peligros de ríos y de ladrones. Enfrenté peligros de parte de mi propio pueblo, los judíos, y también de los gentiles.[c]Enfrenté peligros en ciudades, en desiertos y en mares. Y enfrenté peligros de hombres que afirman ser creyentes, pero no lo son.[d] 27 He trabajado con esfuerzo y por largas horas y soporté muchas noches sin dormir. He tenido hambre y sed, y a menudo me he quedado sin nada que comer. He temblado de frío, sin tener ropa suficiente para mantenerme abrigado.28 Además de todo eso, a diario llevo la carga de mi preocupación por todas las iglesias.

Siendo honestos, difícilmente alguno de nosotros podríamos decir que nuestros sufrimientos se pueden comparar a las penalidades que Pablo experimentó, penalidades que le permitieron crecer enormemente en la fe… ¡y escribir la mitad del Nuevo Testamento!

¿Por qué todo ese sufrimiento no destruyó ni detuvo a Pablo en su caminar con Dios? Porque fue intencional al vivir su fe. Veamos su respuesta:

Filipenses 4:12 …porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. 12 Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco.13 Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas

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