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Reconstruyendo los muros de nuestra vida

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Reconstruyendo los muros de nuestra vida.

Hoy estamos iniciando una nueva serie que se titula Reconstruyendo los muros de nuestra vida. Todos los fines de semana del mes de Noviembre hablaremos de este tema basándonos en el libro de Nehemías.

Les recomiendo leer el libro de Nehemías cuantas veces puedan durante este mes, les animo a hacer devocionales sobre el, y compartirlos con el hashtag #reconstruyendolosmurosdenuestravida para que compartamos lo que Dios nos está hablando y juntos crezcamos en Dios.

Este libro se trata de la reconstrucción de los muros de Jerusalén, la capital del reino de Judá. Este libro fue escrito por Esdras y está compuesto por extractos del diario personal que Nehemías escribía.

Los relatos de este libro se sitúan en el año 446 a.C. Durante el reinado del rey persa Artajerjes.

90 años antes Jerusalén había sido tomada por el ejercito de Babilonia bajo el reinado de Nabucodonosor. Después del asalto todo había quedado reducido a ruina, ceniza, desolación y pobreza. se llevaron deportados a miles de Judíos a Babilonia que después se convirtió en el Imperio Persa.

La destrucción de Jerusalén nos deja grandes lecciones; en primer lugar, que si no cuidamos lo que tenemos lo podemos perder. El reino de Israel llego a ser muy grande e impactante. Pero al no cuidar lo que Dios les dio y al persistir en desobediencia a el, lo perdieron todo.

También aprendemos que persistir en la desobediencia a Dios trae consecuencias terribles a nuestra vida, tal como le sucedió al reino de Judá. Porque la destrucción fue total. Familias fueron destruidas, mucha gente murió. Y muchos jóvenes se los llevaron a como esclavos a vivir a otro país.

Pero la lección mas importante es esta: Dios quiere restaurarnos así como restauró a Jerusalén. Para que suceda, Dios envía quien se interese por nosotros. Así como Nehemías se interesó por Jerusalén. Nehemía representa a Cristo, que se interesó por todo el mundo dejando su trono para venir a salvar a un mundo en necesidad.

Nehemías vivía en Persia en el palacio del rey Artajerjes. Nehemias trabajaba de copero del rey; le tocaba probar los alimentos y bebidas antes que el rey los probara para evitar que lo asesinaran por envenenamiento.

Nehemías Vivía rodeado de lujos y comodidades pero un día fue movido por Dios para hacer algo por su gente. Ya habían pasado 90 años desde desgracia y los habitantes que quedaron vivían en completa miseria.

Este libro nos hace recordar la situación en la que nos encontramos todos los que hemos llegado a Cristo: Estamos en reunidas y en proceso de reconstrucción o de restauración.

Alejarse de Dios dejó en ruinas a Jerusalén. Al igual que nosotros, vivir lejos de Dios nos dejó muchas áreas arruinadas y necesitamos ser restaurados.

Pero la restauración no sucede por si misma. La restauración no es instantánea. Y la restauración no se logra sin la ayuda de otros.

De todo esto aprendemos que La restauración es un proceso continuo, progresivo y en compañía. La restauración No es instantánea es un proceso. No debe interrumpirse, es continuo y no es por ti mismo, es en compañía.

Los capítulos 1 y 2 de Nehemías nos deja ver las momentos iniciales de ese proceso de restauración.

¿Cuales son los momentos iniciales del proceso de restauración?

Darnos cuenta de nuestra condición.
Para que haya restauración primero debe haber consciencia de la destrucción. Nunca querrás ser restaurado a menos que te des cuenta que hay áreas arruinadas en tu vida.

Uno se acostumbra tanto a lo bueno, como a lo malo. Hay gente acostumbrada a vivir arruinada. con un matrimonio arruinado, con finanzas arruinadas. se acostumbraron a vivir así. Y mientras no te des cuenta de tu condición, no querrás ser restaurado.

Por eso Dios usa personas y/o circunstancias para abrirnos los ojos acerca de nuestra realidad y para motivarnos al cambio. Por ejemplo, Nehemías vivía feliz en el palacio hasta que un día llegó alguien y le

abrió los ojos de una realidad que el desconocía. El descubrió su condición de indiferencia y apatía al descubrir la condición de desgracia de sus hermanos judíos. veamos:

Nehemías 1:1-4 Estas son las palabras de Nehemías hijo de Jacalías: En el mes de quisleu del año veinte, estando yo en la ciudadela de Susa, 2 llegó Jananí, uno de mis hermanos, junto con algunos hombres de Judá. Entonces les pregunté por el resto de los judíos que se habían librado del destierro, y por Jerusalén. 3 Ellos me respondieron: «Los que se libraron del destierro y se quedaron en la provincia están enfrentando una gran calamidad y humillación. La muralla de Jerusalén sigue derribada, con sus puertas consumidas por el fuego». 4 Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo.

Nehemias vivía en su propio Disneylandia dentro del palacio real de Persia, aislado del mundo exterior, ignorando la condición de su pueblo en Jerusalén. Pero un día fue profundamente impactado por las noticias que recibió a través de su hermano Janani.

Los habitantes de Jerusalén, igualmente se habían acostumbrado a vivir entre los escombros hasta que vino Nehemías y los motivó a salir de su estado de estancamiento. veamos:

Nehemías 2:17 17 Por eso les dije: —Ustedes son testigos de nuestra desgracia. Jerusalén está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego. ¡Vamos, anímense! ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén para que ya nadie se burle de nosotros!

Estas personas tenía 90 años viviendo en esa condición. Nadie había movido un dedo en 90 años para cambiar las cosas. Fueron 90 años de conformismo. Este pueblo estaba contento con su condición porque el ser humano tiene la capacidad de acostumbrase a lo bueno y también a lo malo.

Muchas personas y muchas familias no se dan cuenta de su condición de estancamiento tanto en la comodidad de los lujos, como en la desgracia de la pobreza hasta que alguien les abre los ojos.

Muchos están acostumbrados a vivir como viven porque no están conscientes de las áreas arruinadas que tienen.

Muchos creen que están bien así como están. Quizá al ver que así vive el promedio de la gente creen que es lo normal la vida en conflictos, en pobreza, o en falta de paz. Hay otros que se comparan con personas que viven en condiciones peores que las de ellos, entonces aceptan su condición y se conforman a vivir en la ruina espiritual, moral, personal, matrimonial, económica etc.

Pero Dios en su amor usa personas que nos abren los ojos y nos muestran realidades nuevas y nos inspiran a cambiar. Dios usó a Jananí hermano de Nehemías para mostrarle una realidad que el no conocía y esto lo hizo entender que no estaba bien que el viviera estancado en la indiferencia y en la complacencia; rodeado de lujos y comodidades mientras que había otros viviendo en miseria.

Dios usó a Nehemías para mostrarle a los habitantes de Jerusalén que no estaba bien que permanecieran mas tiempo así en el estancamiento, en el conformismo de una vida miserable. Dios usó a Nehemias para inspirar a esta gente a levantarse y tomar las riendas de su situación y hacer algo por cambiarla.

Jamás podremos cambiar si ignoramos nuestra condición. Tristemente muchos se dan cuenta del mal estado de su matrimonio hasta cuando se terminó el matrimonio. Muchos se dan cuenta del mal manejo de sus finanzas hasta que están sobre endeudados y no hay nada que puedan hacer para reparar el hoyo económico en el que están. Muchos se dan cuenta del peligro de acercarse demasiado al pecado ya que están completamente atados por el.

Muchos piensan que están bien así como están, hasta que se encuentran con alguien que está bien realmente. Dios usa esas personas para motivarnos a un cambio, para motivarnos a salir de un estado de pasividad y de complacencia; o de miseria y pobreza.

Tanto Nehemías como los habitantes de Jerusalén hubieran podido seguir viviendo en la misma condición noventa años mas, pero Dios quería moverlos, sacudirlos, inspirarlos para que salieran de ese estado.

Siempre se necesita un Hananí que despierte a los Nehemías apáticos; y siempre se necesita un Nehemías que despierte a los conformistas.

Quizá hoy yo soy tu Hananí o quizá soy tu Nehemías. Y te digo de parte de Dios: date cuenta de tu condición, no puedes seguir así Dios tiene mas que añadirle a libro que contiene la historia de tu vida si tan solo te levantas en fe y haces algo por avanzar a lo siguiente que Dios tiene para ti.

Lo primero es darnos cuenta de nuestra condición.
¿Cuales son los momentos iniciales del proceso de restauración?

Acercarnos a Dios.
Cuando Nehemías abrió los ojos a la realidad y se dio cuenta que las cosas no podrían seguir así, de inmediato se acercó al que todo lo puede.

Eso nos deja una gran lección: Somos incapaces de cambiar las situación por nosotros mismos, necesitamos a Dios. Y eso fue lo que hizo Nehemías, buscar a Dios. Así lo dice la Biblia:

Nehemías 1:4 4 Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo.

Este fragmento bien podría decir: al descubrir mi realidad ore al Dios del cielo. O cuando se me abrieron los ojos oré al Dios del cielo etc. Nehemías se dio cuenta de la situación y lo primero que hizo fue ir con Dios. Y allí lloró, hizo duelo, ayunó y oró or algunos días al Dios del cielo.

Que gran lección, porque muchos cuando se dan cuenta de que las cosas no están bien se van a la cantina, o con los amigos. O adoptan una posición de dureza, de frialdad, de indiferencia. Otros adoptan una posición de agresividad, de hostilidad, de confrontación. Otros se victimizan, se achican, se encierran en si mismos, se deprimen. Nehemias oró.

Nehemías nos enseña esto: si descubres una realidad que te quebranta, que te humilla, que te duele, que te indigna, que te molesta, que te frustra, ve con Dios; habla con el, ayuna, ora, llora, has duelo con Dios y exprésale todo el pesar que hay en tu corazón. Todo el dolor contenido, toda la tristeza, toda la frustración descárgala con Dios en su presencia y el te va escuchar.

No ganaremos nada con patear la puerta, o con aplicar la ley del hielo a las personas. Ganaremos mucho cuando vayamos con Dios en oración y expongamos ante el nuestra situación.

Dios tiene la respuesta a nuestras preguntas. Nehemías entendía eso y al saber de la condición de los suyos su primera decisión fue buscar a Dios y buscar sus respuestas en Dios.

Este hombre no envió un telegrama al cielo. Nehemías sabía que al buscar a Dios encontraría la causa de la ruina, y encontraría también los pasos para cambiar las cosas. Así que tomo un período de búsqueda de Dios. Oró por cuatro meses y Nehemías descubrió que: El pecado de su pueblo provocó todo esto. El dijo:

Nehemías 1:6 y 7 6 “… Confieso que los israelitas, entre los cuales estamos incluidos mi familia y yo, hemos pecado contra ti. 7 Te hemos ofendido y nos hemos corrompido mucho; hemos desobedecido los mandamientos, preceptos y decretos que tú mismo diste a tu siervo Moisés.

Nehemía sentenció ese día que aunque Nabucodonosor sitió la ciudad, en la realidad fue Juda, con su alejamiento de Dios quien causó todo el desastre. A veces buscamos culpables de nuestras situaciones cuando quizá los culpables somos nosotros mismos.

Al buscar a Dios, Nehemías también descubrió que el arrepentimiento y confesión traen libertad. El oró esto:

Nehemias 1:8-9 8 »Recuerda, te suplico, lo que le dijiste a tu siervo Moisés: “Si ustedes pecan, yo los dispersaré entre las naciones: 9 pero, si se vuelven a mí, y obedecen y ponen en práctica mis mandamientos, aunque hayan sido llevados al lugar más apartado del mundo los recogeré y los haré volver al lugar donde he decidido habitar.”

Nehemías no solo oró, también consultó la ley de Dios y en ella descubrió todas las palabras que mencionó en oración. Descubrió la causa de la desgracia, pero también descubrió la cura.

Si tu y yo tomamos tiempo para buscar a Dios como Nehemías descubriremos porque estamos en nuestro estado actual de dolor, pero también descubriremos cómo salir de El.

Nehemías sabía que no todo se arregla con poner manos a la obra, necesitamos el perdón de Dios. Nehemías sabía que Dios levantaría el castigo sobre su pueblo y su familia si había arrepentimiento. El sabía que intentar construir sin el perdón y la ayuda de Dios, solo sería fatiga infructuosa. Nehemías necesitaba a Dios de su lado, y tu lo necesitas también.

Algunas personas piensan que se solo necesita fuerza de voluntad, firmeza de carácter y determinación para cambiar de vida; sin embargo, me ha tocado conocer personas con fuerza de voluntad, firmeza de carácter y determinación incapaces de resolver por sí mismos la triste realidad que viven. Nehemías sabía que se necesita la ayuda de Dios por eso lo buscó.

Las cosas en tu vida pueden cambiar, pero no por ti mismo, necesitas la ayuda y la intervención de Dios.

¿Cuales son los momentos iniciales del proceso de restauración? Darnos cuenta de nuestra condición, acercarnos a Dios y

Pedir ayuda.
Nehemías entendía bien que hay situaciones que no podemos resolver solos.

Por muy triste que pudiera sentirse, por muchas ganas que tuviera de cambiar las cosas, por mucha determinación que pudiera tener, si no contaba con el respaldo del rey no podría lograr mucho ni podría llegar muy lejos.

El rey podría extenderle cartas para cruzar fronteras, el rey podría proporcionarle recursos para emprender su misión y lo mas importante, el rey debía darle permiso de dar el primer paso para reconstruirlas murallas. Entonces, cuando el se dio cuenta de su situación, en la primera oportunidad que tuvo abrió su corazón con el rey. veamos:

Nehemías 2:1-4 1 Un día, en el mes de nisán del año veinte del reinado de Artajerjes, al ofrecerle vino al rey, como él nunca antes me había visto triste, 2 me preguntó: —¿Por qué estás triste? No me parece que estés enfermo, así que debe haber algo que te está causando dolor. Yo sentí mucho miedo 3 y le respondí: —¡Que viva Su Majestad para

siempre! ¿Cómo no he de estar triste, si la ciudad donde están los sepulcros de mis padres se halla en ruinas, con sus puertas consumidas por el fuego? 4 —¿Qué quieres que haga? —replicó el rey. Encomendándome al Dios del cielo, 5 le respondí: —Si a Su Majestad le parece bien, y si este siervo suyo es digno de su favor, le ruego que me envíe a Judá para reedificar la ciudad donde están los sepulcros de mis padres.

¡Que interesante! El rey le preguntó: ¿todo bien? El tenía dos opciones: 1- decir que todo esta bien, o 2- Abrir su corazón y pedir ayuda.

Nehemías tuvo la oportunidad de abrir su corazón y lo hizo. Y lo hizo con quien lo debía de hacer. A veces cometemos el error de no abrir el corazón. Muchas veces estamos luchando nosotros solos con situaciones difíciles.

Otro error es abrir el corazón con personas equivocadas; hay gente que no tiene porqué saber lo que estamos enfrentando. Pero hay otros que si deberían saberlo. Es un error no contarle a nadie lo que pasa, pero tambien es un error contarle lo que no debemos a quienes no debemos y lejos de ayudarnos nos hunden mas.

¿Porque mucha gente permanece encerrado en si mismo y sin avances mas del tiempo debido? Porque pudiendo abrir su corazón no lo hacen. Algunos no abren su corazón por vergüenza, o por orgullo.

Si tu estas viviendo una situación complicada y reconoces que solo no puedes, pero por vergüenza no abres tu corazón, piensa que será mas vergonzoso que todo salga a la luz de la peor manera cuando hayas caído al suelo derrotado. No es vergonzoso reconocer que algo nos duele. No es vergonzoso pedir ayuda. No es vergonzoso reconocer que no sabemos como enfrentar un situación.

Si tu estas viviendo una situación complicada y reconoces que solo no puedes, pero por el orgullo no abres tu corazón; porque consideras que nadie es capaz de ayudarte, es necesario que instales en tu vida el principio de la humildad. Siempre hay alguien que sabe mas que nosotros, que tiene mas experiencia que nosotros, y que tiene mas capacidad que nosotros. Debemos aprender que alrededor nuestro hay personas que pueden ayudarnos y que están dispuestas a hacerlo.

Nehemías contaba con el rey; lo veía todos los días por lo menos tres veces al día. Solo tenía que abrir su corazón con el y pedirle ayuda. Y Nehemías lo hizo. ¿Y que respondió el rey? Respondió con esta pregunta: ¿Que quieres que haga por ti?

Cuando le preguntó el rey a Nehemías como estaba, Nehemías no ocultó el sentir de su corazón. Y el resultado fue, que tuvo todo lo necesario para iniciar la reconstrucción de la ciudad de sus antepasados.

Invitar al grupo de alabanza

¿Hay muros en tu vida que necesitas reconstruir? ¿Que resultados te dejó vivir una vida alejada de Dios? ¿Hay áreas derribadas que necesitas arreglar? Si no lo sabes, jamás podrás repararlas. Tampoco puedes sin la ayuda de Dios. Dios puede hacernos conscientes de nuestra condición, de las causas de nuestra condición y del como salir de nuestra condición. Nos conviene buscar a Dios.

Cantar.

1- Hay momentos en los que uno voltea a ver su vida, y observa áreas muy arruinadas. Una relación matrimonial arruinada, una vida familia arruinada. Hijos arruinados. Finanzas arruinadas. Las cosas no tienen porque quedarse así. Es tiempo de buscar a Dios y pedirle ayuda.

2- Hay momentos donde nos sentimos solos ante el reto de reconstruir lo arruinado, pero hay otros momentos donde sabemos que Dios puso algunas personas al rededor nuestro para apoyarnos. No te quedes solo. busca ayuda.

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