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Divino Romance

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Este año vamos a iniciar estableciendo lo importante primero: nuestra relación con Dios.

Nuestra primer serie del año se titula así:

Divino Romance.

Nuestra relación con Dios es lo mas importante porque le da el verdadero sentido a nuestra vida. Nuestra relación con Dios es una brújula a la hora de tomar desiciones; y nos permite desarrollar una óptica muy distinta que cuando sólo tenemos religión.

La religión puede satisfacer la curiosidad inicial de descubrir algo nuevo. La religión puede mitigar, hasta cierto punto, la culpa ante las malas desiciones que hemos tomado o las situaciones incorrectas que hemos vivido. La religión, en los primeros acercamientos, puede proporcionar cierta calma, y darte la sensación de que te acercas a algo o alguien mas grande, mas sabio y mas fuerte que tu, el cual está allí para ayudarte. Pero a fin de cuentas, la religión no sacia el alma.

Una vez que las prácticas religiosas dejan de ser nuevas la religión deja de saciar. Una vez que te das cuenta que mitigar la culpa por la religión no cambia tu vida, porque sigues ciclado en el pantano de tus pecados, la religión deja de saciar. Una vez que la práctica religiosa en lugar de paz te da aburrimiento, la religión deja de saciar; cuando sientes que en lugar de acercarte a Dios te acercas a una institución o un edificio, la religión deja de saciar. Allí descubres que la religión no sacia el alma, que necesitas algo mas.

Lo que el alma necesita no es una religión, sino una relación personal e íntima con el creador. Tal como lo describió el salmista:

Salmo 42:2 2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo…

El hombre que escribió estas palabras tenía religión, su religión era el judaísmo. Pero se nota que el seguía con sed de Dios.

Ninguna religión puede saciar la sed del Dios vivo. Este hombre tenía al judaísmo; otros pueden tener el Islam, otros el budismo, o otros el cristianismo o Catolicismo. Pero nada puede saciar la sed de Dios que experimenta el alma, solo Dios mismo. Por eso el salmista expresó estas palabras.

La sed de Dios es la mas pura expresión de la necesidad que tiene el ser humano de una relación íntima con su creador.

Este fin de semana se conmemora la visita de los sabios de oriente que viajaron para encontrarse con Jesús. ¿Que motivo a esos hombres a hacer ese viaje, traer presentes y al llegar postrase ante el? Fue precisamente esa sed de Dios. Si les hubiera interesado el Judaísmo, mucho tiempo atrás habrían viajado a conocerlo. Pero lo que les interesaba era encontrarse con el Dios hecho hombre.

La religión organizada tiene sus objetivos, pero no sacia la sed del Dios vivo que experimenta el alma. Confundir la religión con la relación con Dios así, sería como pensar que el matrimonio, como acto legal, o como concepto, va a saciar la necesidad de intimidad y compañía que tenemos los seres humanos. ¡Jamás! Puedes estar casado legalmente y a la vez sentirte profundamente solo y vacío. Porque lo que buscas al casarte no es el documento sino la intimidad, la compañía, la amistad, la comprensión, el tiempo juntos, etc. El documento formaliza el amor y todo lo demás que existe en la relación. El documento crea una estructura para ordenar esa relación ante la sociedad; pero un matrimonio sin intimidad, es como una religión sin comunión con Dios: aburrida y vacía.

Este año no te conformes con tener religión, no te conformes con venir a CFAL el día de la reunión. Este año proponte a buscar a Dios de todo corazón. Propónte buscarlo todos los días. Proponte acercarte a el. Descúbrelo en su palabra. Acércate en la adoración, dobla tus rodillas en casa con actitud solemne. Acércate al creador.

El divino romance sucede porque nosotros necesitamos estar con Dios; y Dios anhela estar con nosotros.

Dios quiere estar conmigo y yo necesito estar con el. Dios quiere estar contigo y tu necesitas estar con el.

Nuestra alma no busca religión, nuestra alma busca al creador; para relacionarse con Él; para estar con Él, para amarlo a Él, y para sentirse amada por Él.  Nuestro ser entero está en busca de un divino romance con el creador porque para eso fue creado.  El Apóstol Pablo dijo:

Colosenses 1:16 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

Todo fue creado por el y para el. Nuestro diseño original dice que  pertenecemos al que nos creó. Tu le perteneces a tu creador y tu ser entero lo sabe y te pide que te acerques al creador.

Nuestro ser desde que nace está en una búsqueda por encontrarse con el creador, porque todo nos lo recuerda, todo nos instruye en esa dirección y todo nos enseña que necesitamos, dependemos y subsistimos gracias a nuestra relación con alguien mas alto, mas grande, mas fuerte y que existe antes que nosotros.

Aprendemos esto al subsistir gracias al cuidado y el amor de nuestros padres; desde entonces aprendemos por asimilación que necesitamos acercarnos al Padre Celestial.

Por otro lado, Dios anhela que nos acerquemos a el; como escribió el Apóstol Santiago:

Santiago 4:5 5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

Aquí dice que dentro de los hijos de Dios mora un Espíritu que Dios mismo ha hecho morar en nosotros. No es nuestro espíritu humano, es el Espíritu de Dios que mora en nosotros. Ese Espíritu, el Espíritu Santo, nos anhela celosamente. Cuando por la inercia de la vida nos envolvemos en una amistad con el mundo que nos absorbe, nos envuelve y que nos aleja de la relación con nuestro creador. El creador nos anhela celosamente.

Entonces, este Divino Romance entre nosotros y Dios, se alimenta del anhelo del Dios que desea estar con nosotros, y de la sed del Dios vivo que hay dentro de nosotros desde que nacemos.

Quizá el día de hoy hay alguien entre nosotros que ha estado experimentando una fuerte sed de Dios. No lo puedes definir con palabras exactas pero dentro de ti sabes que nada en este mundo te sacia realmente. Acércate al Señor este año.

Hoy quiero hablarles de El origen del Divino romance.

Todo los romances tienen un inicio. Cada historia de amor tiene una chispa de ignición que detona una búsqueda por construir una relación de amor. Esa chispa detona un intento, una estrategia de conquista, etc. Yo recuerdo cuando vi a Laura por primera vez. Yo dirigía la alabanza y entre la gente observe una chica hermosa que captó mi atención. Y a partir de allí al terminar las reuniones la observaba, la investigaba, trataba de aprender de ella y de acercarme a ella. Así inició una historia de amor que tuvo dos años y medio de noviazgo, y que ya lleva veinticuatro años y medio de matrimonio; y contando, porque lo nuestro es para toda la vida.

El romance entre el ser humano y Dios también tuvo un inicio y ha habido intentos incesantes de parte de Dios por conquistar el corazón del ser humano.

El divino romance inició en el corazón de un Dios amoroso.

¿Como podemos comprobar que el divino romance inició el corazón de un Dios amoroso?

Al observar la creación del ser humano.

Antes de que el ser humano existiera, en lo profundo del corazón de Dios hubo un anhelo: Crear un ser a quien amar y con el cual tener una relación íntima. La Biblia dice:

Génesis 1:26 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…”

Dios es un ser perfecto, completo y pleno. Y desde su estado de perfección decidió crear a un ser a su imagen y conforme a su semejanza. Y la pregunta es ¿Porque Dios querría crear un ser a su imagen y conforme a su semejanza? Porque Dios quería interactuar en una íntima relación con un ser que compartiera su semejanza y así tener interacción en base a rasgos comunes.

La imagen y semejanza de Dios que hay en el ser humano no es la forma o apariencia humana, es la capacidad de amar, la iniciativa, la capacidad de relacionarse, de crear, de innovar, etc. Toda  esa parte no tangible que hay en los seres humanos es la imagen y semejanza de Dios. Pero el rasgo mas importante de la imagen y semejanza de Dios en el hombre es el libre alvedrío: la capacidad de elegir entre lo bueno y lo malo. Dios quería crear un ser cuya relación con el fuera voluntaria.

Entonces, antes de que existiera el ser humano, en el corazón de Dios existió del deseo de tener a alguien para vaciar su esencia, para amarlo y para relacionarse con el. Y la Biblia dice:

Génesis 1:27 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Aquí podemos observar que Dios llevó a cabo su deseo, y creó al ser humano. Y lo creó tal como decidió crearlo: a su imagen y semejanza. Y no solo lo creó, también lo bendijo. Así lo cuenta la Biblia:

Génesis 1:28 28 Y los bendijo Dios…”

Esto significa que Dios puso algo especial en el ser humano que creó; algo que procedía de Dios mismo: su bendición. La bendición de Dios  es el mas intimo regalo de Dios a la humanidad porque es algo que procedió del mismo corazón de Dios en favor del ser humano.

Dios no creó a los seres humanos para observarnos desde la lejanía de su morada, como si fuéramos ratas de laboratorio. Dios no creó a los seres humanos para abandonarnos a nuestra suerte, Dios nos creó para bendecirnos y nos creó para tener una relación con el.

Entonces tu no estás en esta tierra para vivir en soledad y sin rumbo;  tu no estás en esta tierra para sufrir. Tu estás en esta tierra para conocer a Dios y disfrutar de una relación con el y de sus bendiciones.

Dios creó al ser humano con la capacidad de relacionarnos con Él pero con la voluntad para no hacerlo. Por eso Dios no fuerza a nadie, el quiere que lo quieras, el quiere que lo busques porque tu quieres.

¿Como podemos comprobar que el divino romance inició el corazón de un Dios amoroso?

Al observar los encuentros del Edén.

En los inicios de la vida humana, en el huerto de Edén, donde Dios colocó al ser humano, allí Dios y el ser humano se encontraban.

Una vez que el hombre fue creado, fue puesto en un lugar especial donde pudiera desarrollarse, donde pudiera vivir y tener propósito. Dios acostumbraba visitar al ser humano allí, observar sus necesidades y  suplirlas. La Biblia dice:

Génesis 2:8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.

Génesis 2:18 18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.

Génesis 3:8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

Estos tres fragmentos nos dejan ver a Dios mirando por el bien del ser humano al que ama; nos dejan ver a Dios viniendo a visitarlo en su propio entorno, y nos dejan ver a Dios observando sus necesidades y supliéndolas. Dios visitaba al ser humano y el ser humano podía percibir su presencia, escuchar su voz y gozar de los beneficios de su relación con el.

En los inicios de la vida humana descubrimos que el hombre fue creado por Dios, cuidado por Dios y visitado por Dios para tener esa íntima relación con Dios.

Pero estos tres pasajes también nos dejan ver que el ser humano desde el inicio ha escogido alejarse y esconderse de Dios, porque el pecado daña nuestra intimidad con Dios. La Biblia nos cuenta esto:

Génesis 3:9-10 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

desobedecer a Dios y escondernos de el siempre trae consecuencias tristes; pero Dios siempre interviene para rescatar ese divino romance con la humanidad. veamos:

Génesis 3:21 21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

Dios nunca se rinde en su anhelo de mantener una relación con nosotros. Esas túnicas de pieles nos hablan de un sacrificio. Dos animales tuvieron que morir para cubrir la desnudez del hombre y la mujer. La muerte de estos animales representa la muerte de Jesús el cordero de Dios que vino a morir, no para cubrir nuestros pecados, sino para librarnos de ellos.

La Biblia nos deja ver a un Dios amoroso y fiel que aunque el ser humano desobedezca y falle, siempre interviene, lo visita, y lo rescata.

El salmista, quizá pensando en esto, escribió:

Salmo 8:3-4 3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, 4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?

Al salmista le impresiona como el Dios eterno, perfecto, todo poderoso, creador del cielo y de la tierra se acuerda de nosotros los seres humanos finitos e imperfectos. Y no solo nos recuerda, sino que nos visita. Suple nuestras necesidades, nos acompaña aun cuando nosotros muchas veces escogemos escondernos de el.

A lo largo de nuestra vida Dios nos ha visitado a ti y a mí, mas de una vez. El sabe donde vives, cual es tu condición, cuales son tus necesidades y el quiere suplirlas todas, el quiere establecer una relación íntima contigo.

Hayamos estado conscientes de su presencia o no, Dios ha venido a visitarnos, el ha venido a buscarnos. Lo ha hecho mas de una vez a lo largo de nuestra vida. Nos ha visitado cuando hemos hecho bien las cosas, y nos visita también cuando le hemos fallado. ¿Porque? Porque nos ama. por eso decirnos que El divino romance inició en el corazón de un Dios amoroso.

¿Como podemos comprobar que el divino romance inició el corazón de un Dios amoroso?

Al observar el llamamiento de Noé.

En el divino romance, Dios no se rinde. Aunque el ser humano desde el inicio ha escogido alejarse y esconderse de Dios; Dios continúa buscándolo para establecer una relación con el. La historia de Noé nos permite apreciar esto de una forma muy gráfica.

El ser humano se alejó de Dios y se corrompió cayendo en las peores prácticas pecaminosas; y Dios decidió empezar de nuevo con Noé. La Biblia dice:

Génesis 6:5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

Alejarnos de Dios siempre nos hará caer en una corrupción progresiva e irreversible. Vivir lejos de Dios siempre hará que nos corrompamos y que el pecado tome dominio y control de nuestros pensamientos y acciones. Y como la paga del pecado es la muerte, al obstinarse en pecar y persistir en la maldad, el ser humano firmo su propia sentencia de muerte. Al respecto de esto, la Biblia nos presenta una declaración dramática:

Génesis 6:6-7 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.

Las escuelas humanistas ateas de pensamiento filosófico, han querido desvirtuar la historia del diluvio porque no quieren reconocer que el ser humano es moralmente responsable ante Dios por sus actos.

La humanidad fue sentenciada al exterminio mediante el diluvio universal. Sin embargo, Dios no se resignó a perdernos, y al buscar en medio de la mas densa obscuridad, encontró un rayo de esperanza: Noé. La Biblia dice:

Génesis 6:8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.

El Dios amoroso encontró una forma de que el romance con la humanidad no se terminara para siempre; y a través de Noé, decidió empezar de nuevo. La Biblia dice:

Génesis 6:9-11 Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. 10 Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. 11 Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.

Noé y su familia brillaban en medio de la obscuridad como los hijos de Dios debemos brillar. En medio de una humanidad corrompida por la violencia y el pecado subsiste la familia de un varón justo, perfecto en sus generaciones, el cual camina con Dios, que sostiene una relación íntima con el Dios  altísimo. Eso le dio a Noé la capacidad de vivir una vida justa y de edificar una familia con rasgos de perfección. Y con ellos, el Dios amante decide preservar la raza humana, preservar con ellos el divino romance.

Esto nos enseña que si hay una pequeña llama de posibilidad, Dios decide creer y seguir adelante con nosotros. Por eso Dios no se ha rendido en su búsqueda por tu corazón y por el mío, porque en medio de todo lo que pudiera estar mal, Dios aprender a ver lo rescatable y a luchar por nosotros.

Tu y yo deberíamos hacer lo mismo: si hay un pequeño destello de oportunidad, lucha por lo que es bueno, lucha por tu matrimonio, lucha por tu familia sigue intentándolo tal como Dios lo hizo con la humanidad y lo sigue haciendo contigo y conmigo. Lo hace por eso deseo de tener un trato personal con nosotros.

Invitar a los músicos

Hoy aprendimos que existe un divino romance entre el ser humano y Dios, el cual existe porque Dios anhela estar con nosotros y nosotros necesitamos estar con el. Aprendimos que el origen de ese divino romance surgió en el corazón de un Dios amoroso que nos creo a su imagen y semejanza, que nos bendijo, que está al pendiente de nuestras necesidades, que nos visita para suplirlas y que cuando fallamos, no se rinde, sino que sigue intentando conquistar nuestro corazón.

Cantar.

 

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