Mi familia en Dios
Mi familia en Dios.
Hoy estamos iniciando una nueva serie que se titula Mi familia en Dios.
En esta serie quiero explicar el sentido de pertenencia y la relación espiritual que existe entre los hermanos en la fe. Y aterrizar todo este concepto específicamente con nuestra iglesia local.
Cuando la Biblia nos muestra la relación espiritual que existe entre nosotros, los que estamos en Cristo, el concepto que se menciona es familia. De esta manera se establece un sentido de pertenencia y una identidad. Si tu estas en Cristo perteneces a la familia de Dios porque eres un hijo de Dios. La Biblia dice:
Efesios 2:17-19 17 Él vino y proclamó paz a ustedes que estaban lejos y paz a los que estaban cerca. 18 Pues por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu. 19Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios,
La carta a los efesios, fue escrita a un auditorio gentil; es decir, los no judíos como tu y como yo.
El Apóstol Pablo, al escribir la carta a los Efesios pretendía establecer el vinculo espiritual que existe entre los creyentes judíos y no judíos. El dice que somos conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. Con esto el Apóstol establece que entre nosotros hay un sentido de pertenencia: somos ciudadanos del mismo reino y somos miembros de la misma familia.
Y con esta declaración también se establece nuestra identidad: lo que somos tu y yo: somos hijos de Dios y somos hermanos en Cristo.
Entonces al estar en Cristo no nos afiliamos a un club, ni a un partido político, ni a una organización sin fines de lucro. Al estar en Cristo pertenecemos a la familia de Dios. Y por eso Somos ciudadanos del reino de Dios.
Tal y como sucede en nuestra vida natural: nacemos al seno de una familia y llegamos a ser ciudadanos de la nación a la que pertenece esa familia.
En el caso de la fe, este privilegio no se obtiene por méritos nuestros, esto es algo que Jesucristo conquistó para todos aquellos que han puesto su fe en el para ser salvos.
En este fragmento el Apóstol Pablo dice que Cristo vino y proclamó la paz entre dos tipos de personas: los que estaban lejos y los que estaban cerca. ¿Cerca de que o de donde? del reino de Dios y de la familia de Dios. ¡Ojo! Ni unos ni otros estaban dentro. Pero ahora al poner nuestra fe en en Cristo-Jesús tanto los judíos como los no judíos pertenecemos a la misma familia y tenemos la misma ciudadanía, derechos, privilegios y responsabilidades.
Esto coincide con lo que escribió el Apóstol Juan cuando dijo:
Juan 1:12 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
El Apóstol Pablo y el Apóstol Juan coinciden en que todos los que hemos recibido a Cristo en nuestro corazón somos parte de la gran familia de Dios. En su primera carta el Apóstol Juan, también dijo:
1 Juan 3:1 1Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
Entonces, cada uno de nosotros que hemos puesto nuestra fe en Jesús llegamos a ser miembros de la familia de Dios. Nuestro vínculo espiritual como creyentes es una relación de familia con todo lo que ello implique.
En una familia grande hay hermanos que se relacionan mas con unos que con otros; es normal en las familias. En una familia grande a veces hay desacuerdos y desavenencias; es normal en las familias. En una familia todos colaboran y aportan para que esa familia avance. Exactamente así, ocurre también en la familia de Dios.
La familia de Dios es muy grande; en cada tribu, lengua y nación hay familia de Dios. Tenemos hermanos en todo el mundo. Así que, cuando vayan de vacaciones, o cambien su residencia a otra ciudad, o a otro estado, o a otro País del mundo busquen integrarse a la familia de Dios. Vincúlense con sus hermanos en la fe donde quiera que vayan.
Como cada hijo de Dios necesita ser cuidado, alimentado e instruído; y como es imposible para un hijo de Dios relacionarse con todos por eso dentro de la gran familia de Dios; el nos inserta en una familia inmediata, esa familia inmediata es nuestra iglesia local.
Revisemos un fragmento de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos y notemos las referencias a iglesias locales:
Romanos 16:1-6 y 16 1 Os recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia que está en Cencrea, 2 para que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa que sea necesaria; porque ella ha ayudado a muchos, incluso a mí mismo. 3 Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, 4 que expusieron sus cuellos por mi vida, y a quienes estoy agradecido, no sólo yo, sino también todas las iglesias de los gentiles. 5 Saludad también a la iglesia de su casa… 16 Saludaos unos a otros con un beso santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo.
¿Cuantas iglesias tiene Cristo? Tiene una sola iglesia por la cual el se entregó. Pero esa iglesia Global, aglomera a millones de iglesias locales al rededor del mundo; unas grandes, otras no tanto; cada una tiene su propia cultura pero todas son parte de la gran familia de Dios.
En el fragmento que acabamos de leer notamos que en Cencrea, un puerto en la ciudad griega de Corinto, había una iglesia local en la cual había una mujer líder llamada Febe. También notamos que Priscila y Aquila eran los líderes de una iglesia local seguramente en Roma. Y notamos que entre los gentiles, es decir entre la población no judía de aquel entonces había iglesias locales, y en general el Apóstol Pablo le dice a los creyentes de Roma que todas las iglesias locales, les envían saludos. Entonces la gran familia de Dios está agrupada en distintas Iglesias locales.
¿Que es una iglesia local? Una iglesia local es una congregación de creyentes que se reúne para adorar, servir, orar, recibir instrucción y ánimo. Los miembros de la iglesia local tienen responsabilidad mutua, y comunión el uno con el otro.
Esto es un iglesia local. Vamos a repetir Juntos el concepto. Repítalo conmigo:
Una iglesia local es una congregación de creyentes que se reúne para adorar, servir, orar, recibir instrucción y ánimo. Los miembros de la iglesia local tienen responsabilidad mutua, y comunión el uno con el otro.
A través de la iglesia local, los creyentes invierten tiempo, energía, y recursos financieros para cumplir con la gran comisión que es alcanzar a los perdidos y ayudarlos a madurar hasta que lleguen a ser seguidores totalmente consagrados a Dios.
Repita conmigo lo que es la gran comisión: alcanzar a los perdidos y ayudarlos a madurar hasta que lleguen a ser seguidores totalmente consagrados a Dios.
Esta es la misión de la iglesia en general la cual debe perseguir toda iglesia local: alcanzar a los perdidos y ayudarlos a madurar hasta que lleguen a ser seguidores totalmente consagrados a Dios.
Entonces, todos los creyentes debemos desarrollar un sentido de pertenencia con nuestra iglesia local porque es nuestra familia inmediata en Dios; y al mismo tiempo, debemos mantener una consciencia global.
Nuestro mundo como cristianos no se limita, ni debe limitarse a nuestra iglesia local, al contrario va mas allá y debe ir mas allá. Por eso debemos estar dispuestos a convivir, colaborar, apoyar, servir e impulsar causas y situaciones con otras iglesias locales y ministerios globales como Jucum, Back to Back, Shoulder to Shoulder menciono estos tres misterios porque estamos muy relacionados a ellos.
Por hoy, quiero compartir la siguiente verdad con todos ustedes: el creyente que se integra a la vida de la iglesia local gozará de muchos beneficios.
¿Que beneficios goza el creyente que se integra a la iglesia local?
El beneficio de pertenecer.
Uno de los problemas mas graves del ser humano es la soledad. Este problema se ha acrecentado en estos últimos tiempos. No es un problema nuevo, de hecho, antes de la desgracia del pecado el ser humano experimentó la desgracia de la soledad. Y la solución de Dios para la soledad fue la comunión con otros ser humano para formar matrimonios, familias, y comunidades.
El día de hoy la soledad está acabando con millones de personas al rededor de mundo. Muchas personas en el mundo están sufriendo de ataques de ansiedad, depresión, angustia, pensamientos suicidas etc. Todos estos problemas se maximizan con la soledad. La falta de comunión, de comunicación, y de interacción está destruyendo a las personas.
Tengo un amigo muy querido que está pasando por severos ataques de ansiedad. El ha pasado por situaciones por las que ahora vive solo. Al hablar con el hace poco le dije: por todo lo que observo en lo que me cuentas percibo que lo que tu tienes es una gran soledad y eso te detona todos los demás problemas que tienes.
La iglesia local puede ser una gran ayuda para manejar eso, pero ¿Sabes cuando? Cuando te decides a pertenecer.
Cuando te conocen y conoces, cuando amas y te aman, cuando sirves y te sirven. Cuando tienes comunión con otros creyentes experimentas alivio contra la soledad. Pero eso sucede al pertenecer.
En muchos sentidos y momentos Dios está contigo a través de la iglesia. pero si no estas integrado, aunque te definas cristiano muchas veces te sentirás profundamente solo.
Puede ser que tu seas un fiel asistentes a nuestras reuniones en CFAL y aún así te sientas solo. Quizá ya te defines como cristiano, y vienes a la iglesia los fines de semana, ¿Porque te sientes solo? Porque te falta pertenecer. Te falta dejar de ver la iglesia como un show semanal, o como una función semanal, o como terapia grupal para sentirte bien. Y necesitas dar el paso de pertenecer y vivir la vida de la iglesia.
No tienes idea lo mucho que me ayudó a mi el pertenecer a una iglesia local en mi adolescencia y juventud. Con todos mis problemas de identidad por mi apellido y por las situaciones en mi familia tener una iglesia fue mi salvación.
El llegar a mi iglesia, el encontrar la clase de amigos que encontré allí me salvó.
Mis amigos de la iglesia eran especiales, era una relación mucho mas profundo que la que viví con mis amigos de la escuela. ¿Porque? Porque el vínculo era distinto, el vínculo era espiritual, era de familia.
Pero todo eso sucedió cuando me decidí a pertenecer. Yo también tuve una etapa en la que nomás asistía. Eso fue antes de que me hiciera cristiano a los quince años. Mi mamá siempre me decía: te mandaron saludos, preguntaron por ti. etc. Pero un día me decidí a ser parte y eso me salvó.
Quizá tu también necesitas salvación en medio de tu caos y crisis. Intégrate a la vida de la iglesia.
¿Que beneficios goza el creyente que se integra a la iglesia local?
El beneficio de aprender.
El ser humano necesita aprender para no permanecer en estado salvaje. Los niños pequeños no saben comportarse propiamente porque aún no han aprendido; pero en la medida en que van aprendiendo en esa misma medida se van comportando adecuadamente en la mesa, en un restaurant, en una casa ajena; y así sucesivamente en el noviazgo, en el matrimonio, en los negocios etc. El aprender te vuelve funcional. Muchos no funcionan como padres, o como esposos, por ejemplo, porque nunca aprendieron. Son esposos muy salvajes y no funcionan bien como esposos. etc.
Nuestra primer fuente de aprendizaje es la familia. Se supone que allí aprendemos modales, higiene y otras habilidades para desenvolvernos en la vida y volvernos funcionales. Pero cuando la familia es disfuncional, el aprendizaje es disfuncional también. Entonces necesitamos una fuente de aprendizaje que sea sano y funcional, al margen de nuestra familia. La iglesia local te provee eso.
En la iglesia local aprendemos al recibir instrucción en cada exposición de la palabra de Dios, en cada clase y curso que tomamos; pero aprendemos mucho también al relacionarnos con otros creyentes mas maduros en la fe. A esto, la Biblia le llama: discipulado.
En el discipulado, no solo recibimos conocimiento, en el discipulado también sucede una transmisión espiritual y de valores. La vida cristiana se trata de discipular y ser discipulados por otros. Y así, en la medida que aprendemos por las exposiciones, por las clases, por los cursos, y por la relación con otros creyentes, nuestra vida va cambiando y mejorando en todos los sentidos. Nos vamos volviendo mas y mas funcionales.
En lo personal, integrarme a mi iglesia local me dejó mucho aprendizaje. Aprendí cosas que jamás hubiera aprendido en la escuela, ni en la tele, ni en la calle ni con mis amigos del salón. Aprendí doctrina, teología, profecía, Biblia. Pero también aprendí del matrimonio, de la familia, de la educación de los hijos, de la administración de las finanzas etc.
Mi matrimonio jamás hubiera podido ser de la calidad que es sin la instrucción y el aprendizaje que recibí al pertenecer a mi iglesia local. El ejercicio de la paternidad y la educación de mi hijo jamás hubiera podido ser de la calidad que es sin la instrucción y el aprendizaje que recibí al pertenecer a mi iglesia local.
En la iglesia aprendí sobre relaciones humanas, aprendí sobre el trato a la mujer. Aprendí sobre el amor y la disciplina a los hijos. Aprendí sobre el matrimonio etc. Las cosas mas valiosas de mi vida no las recibí de estudiar en la universidad, ni por haber ido a la primaria, secundaria y prepa, ni en los trabajos que he tenido al margen de la iglesia. Todas las cosas valiosas de mi vida, y por lo que soy valioso para los demás lo aprendi por pertenecer e integrarme en mi iglesia local.
¿Que beneficios goza el creyente que se integra a la iglesia local?
El beneficio de sentirme útil.
Cuando una persona se siente útil, esa persona experimenta una dosis de felicidad que nada mas le puede aportar. Dios nos diseño de esa manera. El ser humano necesita sentirse útil para experimentar felicidad.
Las madres experimentan esta clase felicidad cuando sirven a sus hijos. Quizá por eso les cuesta mucho trabajo dejar ir a sus hijos. Quizá de una manera inconsciente saben que al irse sus hijos, se irá esa dosis de felicidad que experimentan al servirles. Y quizá por eso cuando los hijos vuelven a casa de visita, las madres se esmeran tanto por servirles, de alguna forma experimentan esa dosis de felicidad que se requiere para seguir viviendo. Consejo: déjense servir por sus madres y padres. No es que lo necesites tu, es que quizá ellas lo necesitan.
Integrarnos a la vida de la iglesia nos regala esa dosis de felicidad también. Cuando nos integramos y servimos experimentamos gozo.
Cuando nos integramos a la vida de la iglesia, descubrimos muchas necesidades y esas necesidades son oportunidades para servir y aportar algo para Dios y para los demás; Y al hacerlo, experimentamos gozo.
Al aportar te sientes útil y valioso. Al aportar contribuyes para que algo en beneficio de los demás suceda; y al hacerlo experimentas que tu vida tiene valor y tiene sentido.
Aportamos algo cuando servimos; aportamos algo cuando damos y aún aportamos algo cuando tan solo estamos. Si tu sientes que por tu edad, o por tu situación de salud, o por tu situación económica no haces mucho, o no das mucho, te digo que con estar presente aportas también.
Y los que si tienen mucho que dar pero no o hacen, si tienen mucho por hacer y no hacen, se privan a si mismos del gozo de aportar y de servir.
En lo personal, al integrarme en mi iglesia local pude servir y dar; y eso me nutrió internamente y me dejó valores, vivencias y lecciones que nada mas me pudo aportar. Yo serví en el grupo de alabanza de mi iglesia, serví con los niños, serví con los jóvenes. Me tocó pintar, hacer el aseo, dar clases, lavar baños, tirar el agua de la alberca cuando hubo bautismos etc. y cada cosa que hice para Dios y para mi iglesia me dio gozo y animo. También me dio propósito; sentía que tenía algo valioso que hacer el fin de semana, me sentía útil, sentía que yo era valioso para mi iglesia y para la gente y eso me ayudó en mi adolescencia y juventud.
Invitar al gruo de alabanza.
En lo personal, integrarme a mi iglesia local me dejó muchísimos beneficios. NO hay forma de explicar mi vida y las cosas buenas de ella sin considerar las bendiciones que me regaló el pertenecer a mi iglesia local.
Si desapareces la iglesia de mi vida, desapareces todo lo bueno que tengo. Por integrarme a la iglesia local encontré amigos que significaron un círculo social sano para mi. Encontré oportunidades de servir, y de utilizar mis dones y habilidades. Encontré modelos de personas a los cuales imitar, modelos de familia y de matrimonio a los cuales imitar. etc.
Si no hubiera tenido la iglesia solo me hubiera quedado mi mundo; y mi mundo inmediato no era muy sano: ni en mi entorno social, ni en mi entorno familiar. Por eso la iglesia local fue mi salvación.
Pero yo amé mi iglesia, la tomé en serio. La serví y le di lo mejor que pude. Y al darlo, recibí mucho mas de lo que pude dar.
Cantar. Arde.
Quizá algunos de los presentes el día de hoy, últimamente se han sentido profundamente solos. La llama del entusiasmo dentro de ti se ha ido extinguiendo. Dios quiere sanar tu soledad, pero una forma de hacerlo será a través de la iglesia. Debes integrarte y el fuego en tu interior se reavivará.
Quizá algunos de los presentes son personas tan bendecidas por Dios, tienes mucho que aportar, pero todo ese potencial está allí, estancado, sin uso. Es como un banco de alimentos lleno de alimentos pero con las puertas cerradas sin poderse entregar a quienes mueren de hambre. Abre la puerta de tu corazón y entrega lo que tienes dentro, sirve y obtendrás gozo.
Oremos.
NO quiero terminar mi mensaje sin invitarles a integrarse y a pertenecer a la iglesia. Hay innumerables beneficios para ti. Vívelos, experiméntalos, disfrútalos.
Si te preguntas como, te digo busca un grupo en casa en el módulo de informes te pueden dar esos datos, inscríbete en un curso, enrólate en un ministerio. Todo eso te va ayudar muchísimo.