El potencial destructivo de la tentación
El potencial destructivo de la tentación
La semana pasada iniciamos nuestra serie Hablemos del Matrimonio primera temporada. Estamos analizando el matrimonio de Adán y Eva. Dijimos que Adán y Eva representan el matrimonio que empieza bien y tienen todo para ganar; porque se veían el uno al otro como parte de sí mismo, se valoraban mutuamente, no tenían nada de que avergonzarse, su vida sexual estaba en óptimas condiciones; tenían un hermoso lugar para vivir, todas sus necesidades resueltas; y lo mas importante, contaban con la bendición de Dios sobre ellos. El viento soplaba a su favor y parecía que nada los podía detener.
En ese tiempo su matrimonio se fundamentaba en cinco pilares Compañía, complemento, valoración mutua, prioridades correctas y transparencia.
Sin embargo, todo aquello bueno que Dios les había regalado se puso en riesgo cuando se enfrentaron a una situación qua tenía un tremendo potencial destructivo. Me refiero a la tentación. El día de hoy hablaremos de El potencial destructivo de la tentación.
La tentación es como un bomba nuclear: tiene un tremendo potencial destructivo pero solo destruye cuando la detonas. En este caso, el potencial destructivo de la tentación se detona cuando caes en ella.
Al parecer Dios ha limitado a Satanás y el no tiene permitido materializarse para destruirte, pero si puede hacer que te auto destruyas. ¿Como lo hace? Mediante la tentación. El no se aparecerá para tratar de estrangularte con sus propias manos, pero pondrá las trampas para que tu te destruyas solo y destruyas también todo lo bueno que Dios en su amor decidió confiarte.
Ser tentado no es pecado; todos somos tentados, aún Jesús fue tentado; pecado es caer en la tentación.
Vamos revisar lo que pasó con Adán y Eva en este asunto:
Génesis 3:1-24 La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer:
—¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? 2 —Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. 3 Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán”. 4 Pero la serpiente le dijo a la mujer:
—¡No es cierto, no van a morir! 5 Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal. 6 La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió. Luego le dio a su esposo, y también él comió. 7 En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera. 8 Cuando el día comenzó a refrescar, el hombre y la mujer oyeron que Dios el Señor andaba recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. 9 Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás?
10 El hombre contestó: —Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí.
11 —¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? —le preguntó Dios—. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer?
12 Él respondió: —La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.
13 Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer: —¿Qué es lo que has hecho? —La serpiente me engañó, y comí —contestó ella.
14 Dios el Señor dijo entonces a la serpiente: «Por causa de lo que has hecho, ¡maldita serás entre todos los animales, tanto domésticos como salvajes! Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida. 15 Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón». 16 A la mujer le dijo: «Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor. Desearás a tu marido, y él te dominará». 17 Al hombre le dijo: «Por cuanto le hiciste caso a tu mujer, y comiste del árbol del que te prohibí comer, ¡maldita será la tierra por tu culpa! Con penosos trabajos comerás de ella todos los días de tu vida. 18 La tierra te producirá cardos y espinas, y comerás hierbas silvestres. 19 Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás». 20 El hombre llamó Eva[a] a su mujer, porque ella sería la madre de todo ser viviente. 21 Dios el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió. 22 Y dijo: «El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, y lo coma y viva para siempre». 23 Entonces Dios el Señor expulsó al ser humano del jardín del Edén, para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho. 24 Luego de expulsarlo, puso al oriente del jardín del Edén a los querubines, y una espada ardiente que se movía por todos lados, para custodiar el camino que lleva al árbol de la vida.
La tentación es el medio que Satanás usa para robarnos las bendiciones que Dios nos ha dado, para movernos de nuestra posición de autoridad y para dañar la armonía de nuestras vidas. La tentación se vuelve pecado, cuando caemos en ella.
En este fragmento aprendemos que Dios no es el que tienta, sino Satanás, a quien aquí se le llama la serpiente. Al parecer Satanás tomó posesión de la serpiente para comunicarse con la mujer.
Satanás trata de hacernos creer que Dios nos quiere limitar para que no tengamos aquello que deseamos.
La tentación también, según observamos aquí, consiste en hacernos sentir que hay algo mejor, para que menospreciemos lo que tenemos; nos hace pensar y creer que nuestra vida no es tan buena, y que deberíamos conseguir eso mejor que ahora deseamos no importa el costo: desobedecer a Dios, ser criticados etc. Lo único que importa es tener eso prohibido, cueste lo que cueste.
Aprendemos también que la tentación se lleva a cabo mediante nuestros sentidos, Eva vio, codició y tomó; siempre funciona de la misma manera. El Apóstol Santiago documenta todo esto en su epístola vamos a verlo:
Santiago 1:13-15 13 Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta». Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. 14 Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. 15 Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte.
Pero lo mas grande lección que podemos aprender en este pasaje es esta:
La tentación tiene un tremendo potencial destructivo.
Puede tener apariencia agradable, deseable, atractiva, pero es pura corrupción, podredumbre y dolor
¿Cual es el potencial destructivo de la tentación?
Destruye la armonía familiar.
Como vimos la semana pasada, el matrimonio de Adán y Eva gozaba de una tremenda armonía que cualquiera desearíamos para nuestro matrimonio; pero después de caer en la tentación, Adan y Eva no volvieron a gozar jamás la estabilidad y paz que tuvieron al principio. al Biblia dice:
Génesis 3:7-13 y 16 7 En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera. 8 Cuando el día comenzó a refrescar, el hombre y la mujer oyeron que Dios el Señor andaba recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. 9 Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás? 10 El hombre contestó: —Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí. 11 —¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? —le preguntó Dios—. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? 12 Él respondió: —La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí. 13 Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer: —¿Qué es lo que has hecho? —La serpiente me engañó, y comí —contestó ella…16 A la mujer le dijo: «Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor. Desearás a tu marido, y él te dominará».
Cuando llega la tentación, sea de la índole que sea: dinero, relaciones, negocios ilícitos etc. Y decides dejarte llevar, generalmente no consideras que todo lo bueno que Dios te ha dado lo puedes perder; y que vas a abrir la puerta a un tsunami de consecuencias espirituales, familiares, sociales, económicas etc. Nada esto te dice la serpiente, solo que aquello que te seduce es codiciable.
Adán y Eva gozaban de una relación especial con Dios la cual se rompió; y gozaban de una relación fenomenal entre ellos la cual también se rompió después de esto.
Esa sensación de estabilidad y armonía se fue para siempre. Después de caer en la tentación podemos observar que ahora el hombre considera a la mujer la causa de sus problemas; ahora se esconde de Dios; y ahora se presenta el dominio y el conflicto de género. Nunca mas tuvieron aquella paz, amotina y estabilidad del principio.
De igual manera nosotros, debemos cuidar las cosas buenas que Dios nos ha dado, la armonía y paz que hay entre nosotros porque si os dejamos llevar por una noche de copas, o un desliz económico, etc. podrías perder todo lo que bueno que Dios nos ha dado.
¿Cual es el potencial destructivo de la tentación?
Destruye la productividad y los bienes.
Antes de la tentación Adan lograba mas con menos esfuerzo y gozaba de muchas bendiciones de bienestar como la provisión de alimento, un lugar precioso para vivir etc. Pero a causa de dejarse llevar por la tentación Adan y Eva perdieron el hermoso lugar que tenían para vivir y las otras bendiciones de bienestar que Dios les había regalado.
En este sentido, la prosperidad y la pobreza están estrechamente ligados con la espiritualidad.
El mundo espiritual siempre repercute en el material
mira la descripción bíblica:
Génesis 3:17-19 17 Al hombre le dijo: «Por cuanto le hiciste caso a tu mujer, y comiste del árbol del que te prohibí comer, ¡maldita será la tierra por tu culpa! Con penosos trabajos comerás de ella todos los días de tu vida. 18 La tierra te producirá cardos y espinas, y comerás hierbas silvestres. 19 Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás».
Génesis 3:23-24 23 Entonces Dios el Señor expulsó al ser humano del jardín del Edén, para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho. 24 Luego de expulsarlo, puso al oriente del jardín del Edén a los querubines, y una espada ardiente que se movía por todos lados, para custodiar el camino que lleva al árbol de la vida.
El pecado nos roba las bendiciones, no solo espirituales, también las bendiciones materiales y de bienestar.
Adán y Eva perdieron su hogar, perdieron sus sustento el cual estaba asegurado en el Edén, ahora, tendrían que trabajar mas para obtener menos. La tentación estableció límites espirituales que impedían su prosperidad.
¿Cual es el potencial destructivo de la tentación?
Destruye la pureza moral y espiritual de nuestras generaciones..
Antes de la caída, en los genes de la humanidad no había pecado. Había pureza moral y espiritual en Adán y Eva, pero al seguir los impulsos de la tentación Adán y Eva abrieron la puerta al gen del pecado y se activo una cadena generacional de pecado de tal modo que cada ser humano que nace ya nace predispuesto a pecar.
Uno observa esto en el hecho que los descendientes de Adan cometieron pecados de mayor impacto que el de sus padres: Asesinatos, multi homicidios, infidelidad matrimonial, cinismo religioso. etc. Nada de esto existía en el planeta antes de la caída; todo se generó por la puerta espiritual que Adán y Eva abrieron; hasta que un día Dios tuvo que destruir la humanidad completa con un diluvio a causa del pecado. Años y generaciones después del pecado de Adán y Eva Dios dijo:
Génesis 6:5-6 5 Al ver el Señor que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal, 6 se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón.
Nuca tenemos claro el alcance de nuestros pecados. Casi siempre todo lo delimitamos al aquí y el ahora, pero la historia de los descendientes de Adán y Eva nos enseña que el pecado trasciende a las generaciones y condenas a nuestros descendientes a cargar con las consecuencias, espirituales, morales, económicas y aún físicas por nuestros pecados.
Invitar a los músicos.
La tentación puede destruir todo lo bueno que Dios en su misericordia te ha concedido. La tentación tiene el potencial de destruir la armonía familiar; tiene el potencial de destruir tu productividad y tus bienes y tiene el potencial de destruir la pureza de tus generaciones.
Por eso debemos incrementar nuestro deseo de agradar a Dios y hacer su voluntad.
Por eso debemos elevar nuestros niveles espirituales de alerta y debemos pedir a Dios con intensidad que no nos deje caer en tentación mas que nos libre del mal.
Cantar. Lo único que quiero es adorarte.
Quizá ya lo has experimentado en carne propia. Quizá en algún momento tu también como Adán y Eva te dejaste llevar por una tentación y te llevó mas lejos de lo que querías llegar, te ha detenido mas tiempo del que querías perder; y te ha costado mucho mas de lo que querías pagar.
Sin embargo esta historia no termina en destrucción; la historia termina con esperanza: Dice la Biblia esto:
Génesis 3:15;21 15 Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón». 21 Dios el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió.
Este fragmento nos da esperanza: no importa lo que haya perdido por haber caído en la tentación, Dios sigue siendo un Dios de amor que interviene para cubrir tu desnudez y darte esperanza de redención.
NO importa lo que el pecado te haya robado, Dios quiere que recuperes la esperanza y tengas fe para empezar de nuevo con su ayuda.