Saliendo de la zona de confort
Saliendo de la zona de confort
Los pasados dos fines de semana les compartí mensajes cuyo objetivo era alentarnos en medio de una crisis que nos sorprendió a todos; y a sobreponernos del temor.
No debemos olvidar lo que hemos aprendido: saldremos adelante con la ayuda de Dios, todavía somos la iglesia y debemos brillar; Dios cuida de nosotros, por eso no temas ni desmayes ante la adversidad.
NO olvidemos ninguna de estas verdades que nos establecen sobre una base firme, y que nos dan seguridad, estabilidad, esperanza y fe para este tiempo.
Sin embargo, tampoco debemos podemos quedarnos seguros en Dios, pero estáticos observando como el mundo se cae a pedazos frente a nuestros ojos. Debemos actuar. Como iglesia debemos hacer algo al respecto. Y al final les diré que podemos hacer de inmediato.
Como les dije hace dos semanas, esta no es la primera vez que el mundo sufre una convulsión que también afecta al pueblo de Dios. En la historia del mundo ha habido muchas ocaciones en las que a pesar de todo, el pueblo de Dios nos solo sobre vivió, sino que creció y se levantó triunfante ante la adversidad mas cruel. Por esto esto podemos estar seguros de que nos levantaremos de nuevo, hay historia para creerlo. ¡Con la ayuda de Dios saldremos adelante!
Sin embargo, antes de los tiempos de crisis, siempre hay tiempos de bonanza. En esos tiempo de bonanza y de bendición, el pueblo de Dios se acomoda, se asienta y se dispone a disfrutar de sus bendiciones, olvidando que el llamado de Dios para nosotros implica siempre estar en movimiento; avanzando como un ejercito que conquista territorios y establece en ellos el reino de Dios.
Cuando el pueblo de Dios se acomoda y se asienta; corre el riesgo de caer en la auto complacencia; donde todo se trata de estar bien, de sentirnos bien, de estar cómodos, de pensar solo en su propio bienestar. Entonces Dios provoca, o permite algo que provoque que su pueblo retome su verdadero llamado y su misión en este mundo: ser la sal de la tierra, la luz del mundo, anunciando las virtudes de aquel que nos llamó.
Este patrón lo podemos observar en toda la Biblia; por ejemplo, cuando Israel estaba establecido en Egipto. veamos:
Éxodo 1:7 7 Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra.
No se como les suena esa descripción, a mi me suena a que todo iba muy bien. era un tiempo de bonanza y el pueblo de Dios se había asentado, establecido y estaba simplemente gozando de lo que tenía. Aquí podemos ver a un pueblo estable, fuerte, fructífero pero establecido y acostumbrado a disfrutar de una tierra que no era la suya. Dios nunca llamó a Israel a hacerse ilusiones con la riqueza, las comodidades ni el estilo de vida de los egipcios. Luego la Biblia dice:
Éxodo 1:8-12 8 Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: 9 He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. 10 Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra. 11 Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés. 12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel.
Ahora vemos la opresión, la carga, la dificultad, la incomodidad. La opresión que vino incomodó al pueblo de Dios; los angustió y luego ocurre esto:
Exodo 2:23-25 23 “…y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. 24 Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.
La nueva realidad que vivió el pueblo de Dios los impulsó a clamar a Dios quien les escuchó e inició el proceso que culminó con su liberación. El resultado final de toda aquella opresión fue que Israel salió de la esclavitud de Egipto, a una nueva experiencia como nación, como pueblo de Dios. avanzaron, salieron de su zona de confort y se colocaron
un paso mas cerca de alcanzar el propósito de Dios para ellos. La Biblia dice:
Exodo 12:40-41;51 40 El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años. 41 Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto… 51 Y en aquel mismo día sacó Jehová a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.
La historia de la liberación de Israel en Egipto nos enseña que La opresión impulsó al clamor; y el clamor trajo liberación.
El pueblo de Dios jamás habría querido salir de Egipto, a menos que viniera opresión sobre ellos. ¿Quien iba a querer dejar atrás un lugar donde estas creciendo, prosperando, y estas gozando de estabilidad? En Egipto había alimentos, espacio para vivir y abundancia. Pero Dios jamás pensó que su pueblo se asentara en Egipto. Dios tenía una tierra par ellos; Dios tenía un estilo de vida diferente planeado para ellos. La opresión movió al pueblo de Dios a clamar y a salir.
Ese mismo patrón observamos en la iglesia primitiva, como nos lo muestra el libro de los hechos. veamos
Hechos 2:44-47 44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
Aquí podemos ver a la iglesia del Señor en un gran momento: había un gran sentido de comunidad, había actividades en el templo y en las casas, había una rica alabanza y un crecimiento numérico considerable. Todo estaba genial; ¿que podría estar mal? Al parecer la iglesia se había asentado en Jerusalén. Pero el mandamiento de Jesús era: “…id y haced discípulos a todas las naciones…” El mandamiento era: “…id por todo el mundo y predicad el evangelio…” La gran comisión implicaba salir de la zona de confort, avanzar, moverse en pos de cumplir su propósito
en este mundo. NO tenía nada que ver con quedarse a disfrutar de su propio Disneylandia espiritual.
Por alguna razón la iglesia no tenía planes de moverse. Quizá por comodidad, o quizá porque no se sentían preparados, pero ellos estaban allí establecidos en Jerusalén. ¿Que hizo Dios? Permitió la persecución. veamos.
Hecho 8:1-4 1 “…En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. 2 Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. 3 Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel. 4 Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. 5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; 8 así que había gran gozo en aquella ciudad.
Una vez mas el mismo patrón: El pueblo de Dios acomodado en la auto complacencia, y Dios generando un movimiento para llevarlos a una nueva dimensión de fe y de poder.
Lo que encontramos aquí es la persecución que impulsó a la iglesia a salir de su zona de confort. A salir de Jerusalén. NO hay nada de malo en disfrutar las bendiciones, la estabilidad y el desarrollo que Dios nos da como iglesia; pero quizá demasiada estabilidad nos hace caer en la auto complacencia y nos distrae del verdadero objetivo y la verdadera misión de la iglesia en la cual debería estar enfocada.
Mientras estamos centrados en nosotros mismos contando nuestras bendiciones, experimentando las delicias de las bendiciones de Dios; hay un mundo que necesita de Dios; y necesita que nosotros lo compartamos con ellos.
La persecución hizo que que los discípulos salieran de Jerusalén y al salir y predicar llegaron a la ciudad de Samaria, la cual tuvo gran gozo
cuando los discípulos del Señor llegaron allí con el evangelio. Pero jamás habrían llegado si se hubieran quedado disfrutando de las comodidades de la vida cristiana de Jerusalén.
Es el mismo patrón: la opresión impulsando al pueblo de Dios a entrar en acción. En el primer caso, a clamar a Dios, en el segundo, a predicar de Dios. Pero en ambos casos el pueblo de Dios fue sacado de su zona de confort.
En la Biblia también encontramos una historia; la historia de la reina Esther.
Dios había sido bueno con ella después de la desgracia de perder a sus padres. Dios proveyó quien la adoptara cuando sus padres murieron. Ella era una chica Judía viviendo en el imperio medo-persa. Y por la gracia de Dios y su favor ella llegó a convertirse en la reina del imperio. De ser una chica inmigrante con una vida regular, pasó a ser la reina del imperio medo-persa. Ester, finalmente estaba establecida en el palacio real. En ese tiempo, Ester disfrutaba de las habitaciones del palacio, de las delicias de la realeza y de la compañía del rey.
Pero ¿Para que Dios la llevó al palacio? ¿Cual era el objetivo de Dios al colocarla en esa posición de autoridad y poder?
Por aquellos días el pueblo de Dios enfrento un gran riesgo. El rey había decretado una fecha para que los habitantes del reino exterminaran a los judíos; pero Ester ignoraba lo que estaba pasando. Ella vivía en un mundo paralelo, ajeno al mundo exterior. Ella esta centrada en la vida de la realeza, y estaba desconectada de todo lo que ocurría fuera del palacio. Pero la Biblia dice:
Ester 4:3-4 3 Y en cada provincia y lugar donde el mandamiento del rey y su decreto llegaba, tenían los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación; cilicio y ceniza era la cama de muchos. 4 Y vinieron las doncellas de Ester, y sus eunucos, y se lo dijeron. Entonces la reina tuvo gran dolor, y envió vestidos para hacer vestir a Mardoqueo, y hacerle quitar el cilicio; mas él no los aceptó.
Cuando Ester se entera de la condición de su padre adoptivo quiere ayudarlo. Ella siente que quizá le hace falta ropa mas bonita. NO entendía la dimensión de lo que estaba ocurriendo fuera del palacio real.
Mardoqueo le hizo llegar a Ester el estado real de las cosas y le pide que interceda ante el rey. Pero ella, no quiere arriesgarse; no quiere perder la vida que tiene. Y Mardoqueo fue mas enérgico con ella y le dice:
Ester 4:13 13 “…No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío.
Mardoqueo habló fuerte con Ester; y le dijo: no creas que por tener una relación con el rey y habitar en su palacio no te alcanzará la dificultad. NO te confundas, no creas quienes todo tan seguro. Y añade:
Ester 4:14 14 Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?
Mardoqueo le dice a Ester, todo lo que has vivido, todo lo que sabes, todo lo que eres, todo lo que tienes te preparó para este preciso momento. Dios no te dio el acceso al trono solo para tu placer, sino para que intercedas por el pueblo que esta en riesgo.
Estas palabras impactaron de una manera muy profunda en el interior de Ester; fue sacudida con estas palabras. Como cuando la opresión sacudió al Israel estando en Egipto, o como cuando la persecución sacudió a la iglesia estando en Jerusalén. ahora veamos la respuesta de Ester:
Ester 4:15-16 15 Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: 16 Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.
La reina Ester convocó a un ayuno y un clamor en favor de su pueblo lo cual trajo una gran liberación.
Es el mismo patrón: La opresión impulsó al clamor; y el clamor trajo liberación.
Una vez mas, situación que saca al pueblo de Dios su zona de confort para que levante un clamor que signifique liberación y movimiento.
Conclusion:
Quizá todos nosotros últimamente estábamos como cuando Israel estaba viviendo su mejor momento en Egipto; o como cuando la iglesia estaba viviendo su mejor momento en Jerusalén; o como cuando Ester estaba viviendo su mejor momento en el palacio real.
Pero luego vino la opresión, la dificultad, la pandemia, el virus que paralizo al mundo y nos hizo replegarnos en nuestros hogares. Fue nuestro faraón opresor, o nuestro Saulo perseguidor, o nuestra amenaza de muerte
Hoy estamos viviendo una situación extrema en el mundo. Ningún ser humano vivo ha visto algo parecido. Esta pandemia está sacando a la iglesia de su zona de confort. Quizá estábamos muy cómodos con nuestras vidas; quizá habíamos caído en la auto-complacencia tan solo disfrutando de nuestras maravillosas vidas. Pero esto ha venido a poner nuestro mundo de cabeza. ¿Que haremos? Hay reacciones espontáneas de oración, de alabanza y de predicación en las redes sociales como nunca lo habíamos visto.
Pero hoy estamos siendo convocados a un clamor todos juntos: por lo menos un millón de cristianos en por lo menos veinte distintos países del mundo. Es un llamado como el que Mardoqueo le hizo a Ester para intercediera ante rey por su pueblo. Así estamos siendo convocado a interceder con un solo clamor ante el rey.
Estamos invitados este próximo Miércoles 8 de Abril a partir de las 3:00 PM hora de California, y de las 4:00 PM hora de Sinaloa, a orar, ayunar e interceder ante el rey por 72 horas; terminando el sábado 11 de Abril. Ayunar es abstenerse de injerir alimento con un propósito espiritual: oración, e intercesión; en este caso con el propósito de ver la mano de Dios interviniendo en el mundo. ¿Como? No lo sabemos con exactitud; quizá sanando milagrosamente a unos, Quizá deteniendo milagrosamente el avance del virus en el mundo. Quizá moviendo a al iglesia a un avivamiento, quizá sensibilizando al mundo para volverse a Dios. etc. Los resultados le corresponden a Dios, a nosotros nos corresponde orar.
Quizá algunos podrán ayudaran los tres días, quizá algunos solo lo harán dos, o uno. O quizá otros ayunarán durante el día y cenaran ligero por la
noche; cada quien como pueda hacerlo lo hará; pero la idea es que lo hagamos todos, y que oremos todos y que pidamos a Dios por un intervención poderosa suya en este tiempo. Haga planes de unirse con nosotros y ayunar, y orar durante esas 72 horas.
Escuchemos esta canción. que nos habla de la grandeza de nuestro Dios.
Yo creo en un Dios todo poderoso capaz de cambiar el destino de las naciones, de las familias y de la historia. Pero ese Dios todo poderoso hoy nos llama a buscarle con fervor. Les invito a responder a su llamado, de acuerdo a tus circunstancias. únicas
Queremos ver su poder en nuestros días, su mano poderosa moviéndose entre nosotros; o quizá la yo está haciendo, y este ayunó nos permitirá identificarlo. Este es nuestro tiempo, para esta hora hemos llegado. Por eso sabemos lo que sabemos, tenemos lo que tenemos y somos lo que somos para buscar a Dios en este tiempo.
Oremos: