Fe para empezar de nuevo
Fe para empezar de nuevo.
Hoy estamos cerrando nuestra serie Hablemos de Matrimonio, primera temporada.
El matrimonio de Adán y Eva es rico en enseñanzas. Con ellos aprendimos los cinco pilares de un matrimonio exitoso. Aprendimos acerca del potencial destructivo de la tentación; y aprendimos los tres errores típicos en el matrimonio.
Desde el principio dijimos que Adán y Eva tuvieron un inicio brillante, resplandeciente.
Ellos representan el matrimonio que empieza bien y tiene todo para ganar. El viento soplaba a su favor y parecía que nada los podía detener. Sin embargo, aquel brillo deslumbrante se empezó apagar debido a la visita de la tentación con su enorme potencial destructivo; y todo se vino abajo cuando ellos cometieron los tres errores típicos de los matrimonios que los arrastraron a la caída.
Finalmente, aquél brillo deslumbrante se había marchitado y ahora todo parecían tinieblas: perdieron su bello hogar, perdieron la facilidad que tenían para obtener el sustento, ahora obtendrían su alimento con el sudor de su frente; y lo peor de todo fue que la maravillosa relación que tenían con el Creador se había roto.
Parecía que nada podía volverse peor que eso. Sin embargo, aunque su panorama era negro, se volvió mas negro todavía porque este hogar que había experimentado grandes perdidas, súbitamente fue visitado por una nueva desgracia: el hijo mayor, asesinó al menor. Veamos la historia:
Génesis 4:1-8 RV1960 1 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido[a] varón. 2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. 3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. 4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. 6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? 7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.[b] 8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.
Esta historia nos muestra a un joven incapaz de lidiar con el fracaso; un joven incapaz de controlar la envidia que sintió al ver que la ofrenda de su hermano fue aceptada con agrado; y no la suya.
Que importante es que los padres enseñemos a los hijos a lidiar con este tipo de situaciones: a veces ellos no serán los favoritos de la maestra, a veces a ellos les tocará perder en el juego; a veces la chica que les gusta les dirá que no, y amará a otro; a veces reprobarán un examen, a veces no podrán tener lo que quieren etc. La vida es así, y será mejor que lo aprendan temprano para que sepan manejar esas emociones mas tarde.
Pero esta historia muestra también la horrible desgracia de una familia y el horrendo dolor de un matrimonio en el que su hijo mayor asesina al menor.
Cuando uno lee esta historia; al llegar a este punto piensa que ya no hay nada peor que les pudiera ocurrir; pero los hijos de Caín, los descendientes de Adán y Eva, aunque fueron prósperos, e ingeniosos para actividades productivas y las artes, como la música, la herrería y la ganadería;[1] también manifestaron peores rasgos morales que el de Caín; por ejemplo:
Génesis 4:19;23-24 19 Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila… 23 Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi voz; Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: Que un varón mataré por mi herida, Y un joven por mi golpe. 24 Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será.
El pecado se maximiza en las siguientes generaciones. ¿Que sentirían Adán y Eva al ver entre sus descendientes a un asesino; y un bígamo multi homicida con tal cinismo? Seguramente la culpa que sentían era aplastante, porqué ellos desataron todo esto.
Cualquiera de nosotros estaríamos listos para morir de tristeza y desesperanza por tantos momentos tan traumáticos. Parecía una cascada de fracasos; una lluvia de desgracia y un panorama que jamás iba a volverse claro otra vez. Ya habían pasado décadas y la atmósfera espiritual del mundo se percibía en su nivel mas decadente.
Sin embargo, aunque el panorama seguía negro para Adan y Eva, al final del capítulo 4 percibimos algunos destellos de fe y esperanza. Veamos:
Génesis 4:25-26 RV1960 25 Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. 26 Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.
¿En que vemos fe y esperanza por aquí? En que Adán y Eva estuvieron dispuestos a procrear de nuevo. Con todo lo ocurrido, hubieran podido decir, ya no queremos saber nada de hijos. Pero no dijeron eso; ellos tuvieron fe, y empezaron de nuevo. Por eso mi mensaje el día de hoy se titula;
Fe para empezar de nuevo.
Abel, el hijo asesinado de Adan y Eva, se registra en la Biblia como el primer hombre de fe. La escritura lo presenta así:
Hebreos 4:11RV1960 4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.
Abel no estuvo presente en los acontecimientos del Edén. Abel no escuchó la promesa de que un día un descendiente de la mujer, aplastaría la cabeza de la serpiente. Abel no observó cuando mediante el sacrificio de un cordero la vergüenza de sus padres fue cubierta. Pero aún así, cuando el vino delante de Dios para adorarle, trajo un sacrificio mas excelente: un cordero que representaba la esperanza de la redención de la humanidad. Abe fue un hombre de fe porque trajo para el sacrificio un cordero que representaba aquel que un día aplastaría la cabeza de la serpiente y destruiría sus horribles obras. Un cordero que un día no solo cubriría, sino que quitaría el pecado de la humanidad y la levantaría de su vergüenza. Abel fue un hombre de fe; porque estaba lejos, muy lejos; a milenios del cumplimiento de esta promesa, y aun así, la creyó.
¿De donde obtuvo esa fe Abel? de las historías que le contaron sus padres. El supo todo lo que pasó en el Edén, porque sus padres le contaron. Los padres debemos contarle la historia del evangelio a nuestros hijos, porque la Biblia dice:
Romanos 10:17 NVI 17 Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.
El escuchar la historia de labios de sus padres, esa historia de esperanza de redención produjo en Abel la fe suficiente para ofrecer un sacrificio excelente y lleno de esperanza. Mientras Abel desarrolló fe al escuchar la historia, Caín desarrolló resentimiento. Uno pensó: Un día Dios nos restaurará. Y el otro pensó: yo no necesito a Dios, me levantaré con mi propio esfuerzo. Ambos trajeron ofrenda pero solo una fue aceptada: la de Abel.
Abel fue un hombre de fe. Y esa fe influyó a sus padres devastados por la culpa y la tristeza de la desgracia.
De este punto de la historia de Adán y Eva aprendemos que
La fe es elemento fundamental para levantarse de la desgracia.
¿En que podemos ver la fe de Adán y Eva?
Creyeron que podían empezar de nuevo.
Cuando la Biblia dice:
Génesis 4:25 RV1960 25 Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set…”
No significa pasaron años y décadas, para que Adán y Eva volvieran a tener relaciones sexuales. Lo que significa es que hubo un momento en el que tuvieron relaciones sexuales pensando que podían procrear otra vez; pero creyendo que esta vez sería distinta a las anteriores. Dice: Conoció de nuevo Adán a su mujer. Esto a mi me dice:
-estuvieron dispuestos a empezar de nuevo.
-estuvieron dispuestos a lavarse las heridas y sanar.
-estuvieron dispuestos a arriesgarse otra vez.
Me imagino que pensaron:
–No importa cuando doloroso, vergonzoso, triste o frustrante fue la vez pasada, Dios todavía esta con nosotros, lo intentaremos de nuevo y nos levantaremos de esta.
Yo percibo fe en este fragmento. Es posible que después de años de depresión y tristeza por tanta pérdida y desgracia; un mover de Dios empezó a despertar fe en Eva, y Eva influyó a su esposo. Porque la Biblia dice:
Génesis 4:25 RV1960 25 “…y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín.
Eva tuvo fe, e influyó en Adán. Hay momentos en el que uno de los dos ya no tiene fuerzas para seguir, o para intentarlo de nuevo; pero si uno tan solo tiene un poco de fe, puede influir en el otro para intentarlo.
Recuerdo, después de haber perdido nuestra hija Sharon, y luego de un legrado que le hicieron a mi esposa, ella estaba devastada y sin fuerzas para pensar en tener hijos. Pasaron diez años para que naciera nuestro hijo Jafet.
Recuerdo cuando se lo pedí a Dios. Fue en una reunión de oración aquí en CFAL. Yo le pedí a Dios un hijo varón, y el me dijo te lo voy a dar. Y como la fe sin obras es muerta…pues… Hicimos la tarea y llegó nuestro hijo Jafet.
Animo al único de los dos en tu matrimonio, que tiene fe, sea el o ella, no dejes de orar, no dejes de esperar, no dejes de creer porque en su tiempo verás la respuesta de Dios: Eva inspiró fe en su marido y el estuvo dispuesto a intentarlo otra vez.
¿En que podemos ver la fe de Adán y Eva?
Creyeron que Dios podía sustituir lo perdido.
Al parecer cuando Eva pensaba en tener otro bebé; no tenía en mente el simple hecho de volver a ser madre de un tierno bebito. Al parecer ella tenía en mente algo mas trascendente, y de mayor alcance e impacto, porque cuando nació su hijo le puso Set, que significa sustitución. veamos:
Génesis 4:25-26 RV1960 25 Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín.
Eva dijo: Dios me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel. No es que un ser humano pueda ser reemplazable, no es que un hijo reemplace al otro, pero estamos hablando en términos de fe y en términos de los propósitos redentores de Dios. Al parecer al morir Abel, murió la esperanza de la fe en Dios entre los seres humanos. Era como si al morir Abel, hubiera muerto el único que podía levantar una dinastía interesada en buscar a Dios. Eso era muy doloroso para Adán y Eva.
Seguramente Adán y Eva veían la sociedad de su tiempo tan perdida, tan alejada de Dios, tan corrompida, y pensaban: ¿Como pudimos provocar todo esto? Y a la vez pensaba Eva: Dios no dejará las cosas así, el intervendrá, el hará algo, de alguna forma. Dios no permitiría que esta tierra se quede sin fe. Esto no puede terminar de esta forma. Seguramente Dios levantará de nuevo alguien que se interese en las cosas de Dios.
Y no podía esperar a que le nacieran mas tataranietos para averiguarlo; y le dijo a Adán: viejo: Necesitamos intentarlo otra vez.
Somos nosotros el canal que Dios puede usar, Dios puede levantar a otro hijo nuestro que tenga fe en Dios. Y lo intentaron de nuevo creyendo que Dios podía sustituir, y lo hizo.
Tal vez algunos de los presentes han perdido algo, o han perdido mucho, Y tus intentos anteriores han terminado en fracaso. Si tienes fe, Dios puede mediante esa fe sustituir lo que has perdido.
¿En que podemos ver la fe de Adán y Eva?
Creyeron que había esperanza para el futuro.
El que Adán y Eva volvieran a ser padres, y que su nuevo hijo resultara ser un hombre de fe como Abel, era un proyecto a largo plazo. Pasarían años para comprobar que Set sería un hombre de fe como lo fue Abel. Pasarían años para comprobar si su hijo Set sería un hombre de Dios. Y fue hasta que nació su nieto Enós, cuando ellos percibieron de nuevo un destello de fe en sus generaciones. Veamos:
Génesis 4:25-26 RV1960 25 Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. 26 Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.
A los padres presentes les digo: Lo que no viste en tus hijos: lo verás en tus nietos. No te desanimes no pierdas la fe. Este es un tiempo de esperanza. Este es un tiempo de soñar, y no dejar de hacerlo.
Las cosas que Dios hace, empiezan con una base de imposibles que manifiestan algunos tintes de esperanza. Adán y Eva creyeron que Set sería un hombre de Dios, pero fue su nieto Enós, quien les dio ese gozo.
No siempre Dios hace las cosas como las imaginamos ni en el tiempo que las imaginamos. La imaginación es tan solo el motor de arranque al vehículo de la fe, pero lo importante es a donde nos lleva el que va conduciendo ese vehículo.
Una fe encendida y a toda velocidad pero sin rumbo alguno, pudiera significar accidentes lamentables, pero una fe encendida donde Dios va conduciendo siempre nos guiará a puerto seguro.
llamar al grupo de alabanza.
No se cuantos años pasaron hasta que Adán y Eva vieron tangiblemente en Enos su nieto, ese rasgo de fe que hubo en Abel, su hijo asesinado. Pero ya lo habían visto con los ojos de la fe, cuando decidieron intentarlo otra vez. La fe es eso:
Hebreos 11:1 NTV 1 La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.
Cantar:
Quizá el panorama de algunos de los presentes ya era negro, pero últimamente se ha vuelto mas negro todavía, y sientes que las tinieblas y el sufrimiento no tienen fin. Lo que necesitas es un destello de fe y esperanza; solo Dios lo puede producir en tu interior.
Hay un mover de Dios entre nosotros el día de hoy: debemos creer en la capacidad de Dios para restaurarnos, para sanarnos y para hacer milagros.
[1] Génesis 4:20-22