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No temas ni desmayes

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No temas ni desmayes.

La semana pasada dijimos que el mundo entero esta enfermo de gravedad; y de cuando en cuando presenta convulsiones tan fuertes que cuando pasan, la realidad de los habitantes de la tierra jamás vuelve a ser la misma.

Ahora mismo el mundo esta experimentando una de esas convulsiones; ha sido tan fuerte que todas las naciones están aturdidas por el impacto que está causando.

La semana pasada le dije que no debemos olvidar que esta circunstancia especial pasará. Y cuando todo esto pase, tu y yo debemos estar en condiciones de continuar con nuestras vidas. También les dije que no debemos olvidar que todavía somos la iglesia. Esta es una gran oportunidad para manifestar al mundo el amor y la paz que Dios da; y debemos haciéndolo sirviendo a los demás. Y por ultimo, les dije que no debemos olvidar que Dios cuida de nosotros. El no nos dejará. El no nos abandonará en esta situación. El panorama se ve obscuro y no hay evidencia aparente de la actividad de Dios en nuestros medios; pero el está obrando, el está preparando la salida y el cuida de nosotros.

Esta convulsión mundial por naturaleza produce temor. En cuanto a la salud, todos tememos que algún ser querido sea infectado y presente complicaciones y gravedad; incluso morir. Eso produce temor. Pero además del asunto de salud también está presente el factor económico; el turismo, la industria restaurantera y el comercio están paralizadas y no sabemos cuanto va a durar esta paralización económica, y por eso no sabemos que tanto podremos aguantar. Algunos tienen un fondo para aguantar esto, pero la gran mayoría no lo tienen. Eso produce temor.

Y cuando pase todo, quizá el mundo no será el mismo. Esto también produce ansiedad temor.

En la Biblia encontramos la historia de un hombre que estaba a punto de enfrentar una nueva realidad. Todo lo conocido se había ido. El mundo como lo conoció en Egipto, y como lo conoció en el desierto, había desaparecido; ahora entrarían en una nueva realidad: la conquista de la tierra de Cannan. Lo aterraba la posibilidad del fracaso. Lo aterraba la

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responsabilidad de tener tanta gente bajo su cargo, le aterraba el ser incapaz de vencer a sus enemigos; le aterraba el sentirse solo ante tan grande reto. Este hombre se llama Josué; el estaba experimentando toda la incertidumbre de lo porvenir.

Dios, que conoce nuestro interior, sabía que dentro del corazón de Josué había una tormenta de pensamientos negativos y contrarios. Por eso, Dios habló con el y le dijo:

Josué 1:2-3;5-9 2 «Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. 3 Yo os he entregado, tal como lo dije a Moisés, todos los lugares que pisen las plantas de vuestros pies… 5 Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida: como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé. 6 Esfuérzate y sé valiente, porque tú repartirás a este pueblo como heredad la tierra que juré dar a sus padres. 7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, cuidando de obrar conforme a toda la Ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. 8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien. 9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas.»

Dios habló con Josué y fue contundente; lo primero que le dijo fue: Moisés ha muerto. No se fue por unos días; ha muerto, no volverá.

Moisés era una figura muy importante en la vida de Josué; representaba todo lo que lo definía como persona. El libró a Israel de Egipto, y el condujo a Israel por cuarenta año en el desierto. Y el fue su mentor por esos cuarenta años. Y ahora se ha ido. Dios no quería que Josué caminara en ilusiones, sino en realidades. Prácticamente, Dios le dice a Josué: acepta que tu realidad ha cambiado; el mundo ya no es como fue.

Lo segundo que le dijo fue: Levántate y pasa este Jordán. El jordán era la línea divisoria entre su pasado y su futuro; Y Dios le dice: cruza ese límite. Como diciendo no te puedes quedar encapsulado en el pasado; no

te puedes quedar añorando lo que fue y ya no es; cruza este Jordán; ve a la siguiente fase. Pero le dice: Levántate. Como diciendo, las cosas no sucederán por si solas, tu tienes que accionar, tu tienes que ser intencional, tu te tienes que activar, tu tienes que pensar. Y le dice tu y todo este Pueblo, es decir; hay personas que dependen de ti, y por ellos tu tienes que avanzar.

Luego le dijo: yo les he entregado el territorio que les había prometido; como diciendo mis promesas no se anulan cuando tu realidad cambia. El mundo pasa, pero mis promesas son vigentes.

Dios estaba afirmando a Josué para que enfrentara sus retos. No era fácil para Josué y Dios lo sabía. Le dijo: Nadie te podrá hacer frente, yo voy a estar contigo, no te dejaré ni te desampararé.

Lo mas seguro es que para ti tampoco esta siendo fácil enfrentar esta realidad; lo mas seguro es que tu también necesitas un tiempo de afirmación de parte de Dios. El quiere afirmarte; el te dice: que va estar contigo, que no te dejará en medio de todo esto.

Pero también le dijo unas palabras que han trascendido al tiempo, a las generaciones, a las crisis, y a las pandemias. Son estas:

Josué 1:9 9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas.»

Dios le ordenó a Josué: No temas, ni desmayes. Dios sabía que Josué estaba bajo el ataque de un temor aplastante.

¿Cuales eran los temores de Josué? 1-Y si el enemigo nos vence. 2-Y si Dios no esta conmigo como estuvo con Moisés. 3-Y si no logro el objetivo y nos quedamos a medias.

Dios le dijo: 1-Nadie te podrá hacer frente, 2-Como estuve con Moisés Yo estaré contigo, y 3-Tu repartirás esta tierra como herencia.

Con esta palabra Dios estaba desmantelando los temores de Josué. Que increíble el poder de la palabra de Dios para desmantelar el temor. Por eso en este tiempo, la fortaleza mas segura que tu y yo podemos tener es la palabra de Dios. Como nunca antes tu y yo debemos acudir a la palabra de Dios para que desmantele el temor.

Es interesante como tu y yo podemos estar frente a una situación que nos aterra, pero Dios conoce el final de la historia; y también conoce el proceso por el que vamos a llegar allí. Y con su palabra desmantela el temor. Solo debemos poner atención a sus palabras y confiar en el.

También es importante ver el temor como Dios lo ve, de lo contrario no lo podremos vencer. Nosotros vemos el temor como algo que nos da, decimos: -me da miedo. Como si fuera algo ajeno a nosotros o a nuestra voluntad. Como cuando nos da gripa, tos, calentura, o nos da dolor de cabeza. Cuando vemos el temor de esa manera, sentimos que no podemos hacer nada ante el o que no tenemos control sobre el.

Pero Dios no ve el temor así. En las palabras que Dios le dijo a Josué descubrimos que para Dios el temor es una reacción nuestra ante una circunstancia que nos intimida. El temor no es algo que nos da, el temor es algo que hacemos de manera instintiva cuando sentimos vértigo ante ciertas circunstancias, o cuando nos enfrentamos a ciertas situaciones, por eso Dios nos dice: ¡no temas! Es una orden.

Esto significa que tu y yo si podemos hacer algo contra el temor. Como cuando le decimos a nuestros: hijos no brinques en la cama, o no te sientes en la tierra, no corras en la iglesia. Son órdenes que deben obedecerse.

De todo esto aprendo que Podemos vencer el temor, cuando tenemos la perspectiva correcta.

¿Cual es la perspectiva correcta ante esta situación?

Ten presente que Dios te acompaña.

Ante una situación como la que estamos viviendo actualmente, se experimenta una muy cruel soledad. Y esto se debe a que no compartimos nuestros miedos para no desanimar, o para no asustado para no debilitar la fe de los que dependen de nosotros. Por eso, nos sentimos solos.

Josué estaba experimentando esa cruel soledad. Y Dios le dijo:

José 1:5 “…como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé.

Para Dios era muy importante que Josué tuviera claro, que no estaba solo en esto. Y yo te digo, tu no está solo en esto. Dios está contigo. Tu y Dios son mayoría, no permitas que te domine el temor.

Recuerda, Dios está contigo. Y si Dios esta contigo, tu podrás triunfar. ¿Cual es la perspectiva correcta ante esta situación?

Ten presente que puedes con esto.

Los retos tienden a intimidarnos. Y los retos gigantes, nos intimidan de una manera gigantesca. Este es un reto así: gigantesco y por eso sentimos una intimidación gigantesca. Pero a Dios no se le escapa nada, Dios ve el futuro como un hecho. Y si el permitió que tu enfrentaras esto, es porque el sabe que con su ayuda, tu podrás vencer.

Nosotros decimos: -vamos a ver, si se puede. Dios dice:

-Te puse allí porque se que puedes.
-Te puse allí porque se que lo lograrás, -Te puse allí porque eres el indicado.

A Josué le dijo:
Josué 1:6 “…tú repartirás a este pueblo como heredad la tierra que juré

dar a sus padres.

Dios no le dijo: -vamos a ver si puedes. Dios le dijo: tu lo harás porque se que puedes. Por eso te puse al frente. Si no pudieras, si no fueras el indicado no estarías allí.

Tu y yo estamos vivos en este tiempo, porque este tiempo nos requiere. Este tiempo requiere de ti y de mi; de lo que tu y yo sabemos. Dios nos permitió llegar hasta aquí, porque era necesario que tu estuviera aquí para este tiempo. Dios sabía que tus hijos, y tu familia requieren que estes aquí en este tiempo. Entonces, tu puedes.

¡Tu puedes! NO porque seas muy brillante. Sino porque Dios está contigo. ¡Tu puedes! Porque el te ha venido preparando a lo largo de los años para este momento. ¡Tu puedes! Porque sabes lo que debes saber para este momento; tienes lo debes tener para este momento.

Y lo que sabes, y lo que tienes, y lo que eres, es lo que Dios permitió que llegaras a ser, que pudieras tener, y que pudieras saber para que estuviera listo para este momento.

¿Cual es la perspectiva correcta ante esta situación?

Te presente, que hay dirección para ti.
No tienes que inventar nada, no tienes que descubrir el hilo negro, no tienes que ser mas creativo que Dios. Lo único que tienes que hacer es obedecer a las indicaciones de Dios expresadas en su palabra. Por eso repito: Como nunca antes tu y yo debemos acudir a la palabra de Dios para que desmantele el temor.

Pero escucha: Como nunca antes tu y yo debemos acudir a la palabra de Dios para saber que hacer. En la palabra de Dios hallarás dirección para este tiempo. ora a Dios y ve a su palabra y el te mira día a día, lo que debes hacer.

Dos le dijo a Josué:

Josué 1:7-8 7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, cuidando de obrar conforme a toda la Ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. 8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.

Esto que Dios le dijo a Josué es lo mismo que te dice a ti.

Lo único que Josué tenía que hacer era aplicarse a seguir las instrucciones de la palabra de Dios al pié de la letra. Ser lo que Dios quería que fuera; y hacer lo que Dios quería que hiciera. Si el se apegaba al libreto, todo iba a salir bien. Y para ti y para mi es lo mismo.

Ora a Dios, ve a su palabra y cada día sabrás que hacer; porque Dios mismo te guiará.

Conclusión:
El reto para Josué era muy grande; y para ti y para mi también lo es.

Quizá el temor ha venido a visitarte; tu y yo debemos tomar una decisión en este momento: escoge confiar en Dios en lugar de temer a las circunstancias.

Vamos a escuchar esta canción. Creo que Dios quiere afirmarte el día de hoy.

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