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Jesús y la familia

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Jesús y la familia.

Hoy estamos cerrando nuestra serie “Encuentros que transforman.” Aprendimos que al encontrarnos con Jesús nuestra actitud es determinante si queremos vivir una transformación. Lo explicamos en nuestra verdad central: La persona con la actitud correcta que se encuentra con Jesús será transformada.

Esa actitud correcta se verá reflejada por la presencia de algunos elementos claves que  provocan esa transformación; por ejemplo: la profunda sed de Dios, la sinceridad absoluta y la disposición total que había en la mujer samaritana. O el incluir a Jesús en su actividad profesional, la disposición para compartir el éxito con otros, y el reconocer a Jesús como Dios y Salvador que hubo en Pedro. Y en el caso de muchachito de los cinco panes de cebada y los dos pescados, el cual tenía deseos de estar donde Dios se mueve, tenía disposición para entregarle a Jesús lo que tenía, y tenía una anhelo de ver que lo que el tenía pudiera bendecir a  otros. Todos esos elementos reflejan una actitud correcta ante Jesús y por esa razón cada una de estas personas experimentaron una transformación de sus vidas, de sus circunstancias y de su entorno.

Hoy, para cerrar nuestra serie veremos como Jesús transforma las familias. Mi mensaje de hoy se titula: Jesús y la familia. Para desarrollar este mensaje observaremos el acercamiento que Jesús tuvo con una familia de su tiempo, la familia de Jairo. Vamos a revisar su historia:

Marcos 5:22-24;35-43NTV 22 Entonces llegó uno de los líderes de la sinagoga local, llamado Jairo. Cuando vio a Jesús, cayó a sus pies 23 y le rogó con fervor: «Mi hijita se está muriendodijo. Por favor, ven y pon tus manos sobre ella para que se sane y viva».  24 Jesús fue con él, y toda la gente lo siguió, apretujada a su alrededor… 35“…llegaron mensajeros de la casa de Jairo, el líder de la sinagoga y le dijeron: «Tu hija está muerta. Ya no tiene sentido molestar al Maestro». 36 Jesús oyó lo que decían y le dijo a Jairo: «No tengas miedo. Sólo ten fe». 37 Jesús detuvo a la multitud y no dejó que nadie fuera con él excepto Pedro, Santiago y Juan (el hermano de Santiago). 38 Cuando llegaron a la casa del líder de la sinagoga, Jesús vio el alboroto y que había muchos llantos y lamentos. 39 Entró y preguntó: «¿Por qué tanto alboroto y llanto? La niña no está muerta; sólo duerme». 40 La gente se rió de él; pero él hizo que todos salieran y llevó al padre y a la madre de la muchacha y a sus tres discípulos a la habitación donde estaba la niña. 41 La tomó de la mano y le dijo: «Talita cum» (que significa «¡niña, levántate!»). 42 Entonces la niña, que tenía doce años, ¡enseguida se puso de pie y caminó! Los presentes quedaron conmovidos y totalmente asombrados. 43 Jesús dio órdenes estrictas de que no le dijeran a nadie lo que había sucedido y entonces les dijo que le dieran de comer a la niña.[1]

Esta historia nos deja ver que Jesús es Dios porque tiene poder sobre la muerte. Este milagro provocó el asombro de las personas que lo presenciaron.

En esta historia también observamos que Jesus es sensible al dolor de las familias. Lo cual nos demuestra que Dios no es un ser insensible y alejado del dolor humano, Dios se compadece cuando una familia sufre. Y si tu familia sufre, Dios se compadece de tu familia. Y si lo invitas a casa, Dios irá y te visitará.

Las familias siempre han estado en el corazón de Dios. El fue quien creó al ser humano con la capacidad de reproducirse y con el instinto gregario. El plan era que se unieran en matrimonio y así las familias llegaran a existir.

Cuando Dios llamó a Abraham, el resultado final de ese llamado sería que todas las familias de la tierra fueran bendecidas.

A Jesús, con frecuencia lo vemos en los evangelios interactuando con las familias: fue a la casa de Pedro y sanó a su suegra. Pasaba tiempo en casa de Lázaro y sus hermanas. Fue a la casa de Zaqueo y obvio al estar allí convivió con su familia. Y en este caso, el fragmento que acabamos de leer nos permite ver a Jesús nuevamente interactuando con una familia.

Jesús ama las familias y desea interactuar con ellas. Jesús se interesa por cada no de los miembros de la familia y quiere ayudarlos. A Jesús le interesa tu familia. Y si están experimentando situaciones difíciles, Jesús quiere y puede ayudarles. Y si lo invitas a tu casa, insisto, el irá.

Esta historia nos deja una gran lección: las familias que invitan a Jesús a su hogar serán transformadas. Si tu quieres que Jesús visite tu hogar, invítalo. Si deseas que Jesús sea parte activa de tu familia, invítalo. El irá y será parte de tu familia y de tu hogar.

¿Que elementos intervinieron para que esta familia fuera transformada?

Una necesidad apremiante.

La necesidad y los problemas son el principal motor para que las personas y las familias acudan a Jesus.  Si hay casos de personas que buscaron a Jesús solo por conocerlo; pero la mayoría de los relatos se tratan de personas, o familias en problemas. Así que no te sientas mal, si la razón de estar aquí el día de hoy es que tienes problemas. Benditos problemas si ellos sirven para que te acerques a Dios.

En el caso de nuestra historia, la situación es que una niña de doce años, hija de familia, está enferma de muerte. Esa necesidad impulsó a Jairo, el padre, a ir en busca de Jesús. La historia lo cuenta así:

Marcos 5:22-24NTV 22 Entonces llegó uno de los líderes de la sinagoga local, llamado Jairo. Cuando vio a Jesús, cayó a sus pies 23 y le rogó con fervor: «Mi hijita se está muriendodijo. Por favor, ven y pon tus manos sobre ella para que se sane y viva».  24 Jesús fue con él,

Es posible que la dinámica de esta familia siempre fue buena hasta que llegaron al punto en que su hija enfermó. Estamos hablando de la familia del líder de una sinagoga, seguramente era una familia en orden, porque siempre ha habido requisitos que cumplir para ser líder. Seguramente era un familia acomodada. Pero un día se presentó una situación que tambaleó la familia: su hija de doce años esta enferma de muerte.

De esto aprendemos que no importa cuan en orden estén las cosas en tu familia hoy, o a cuantos recursos económicos  tengan acceso; tarde o temprano la familia experimenta situaciones que tienen el potencial de tambalearla.

En este hogar todo iba bien hasta que un día tuvieron un problema grave con su hija. Quizá también en tu casa todo iba bien hasta que algo sucedió, tal vez no fue con tu hija, tal vez fue con tu hijo, o con tu esposo, o con tu esposa. O quizá es con las finanzas de tu hogar. Tal vez no es una persona la que se está muriendo en tu hogar; pero se está muriendo la felicidad, o la paz. ¿Cual es tu necesidad apremiante? Bendita necesidad apremiante, si hoy te trajo aquí.

Lo importante, es que las necesidades apremiantes siempre nos impulsen a buscar ayuda en Jesús.

Si tienes un problema en tu familia no te refugies en el alcohol, refugiaste en Jesús. Si tienes un problema con alguno de tus hijos, o con tu cónyuge, no te refugies en el alcohol, o en el juego, o en las amistades, o en el face, o en un amante, refúgiate en Jesús. Que tu dolor te sirva para venir ante Jesús y caer a sus pies, y rogarle con fervor como este hombre:

«Mi hijita se está muriendodijo. Por favor, ven pon tus manos sobre ella para que se sane y viva»

Así dile: mi matrimonio se esta muriendo, por favor ven; pon tus manos en mi matrimonio, pon tus manos en mi esposo, pon tus manos en mi corazón para que sane y viva.

Las familias que son transformadas son las que aprovechan sus necesidades apremiantes para refugiarse en Jesús.

Tal vez por eso viniste a la iglesia hoy; o tal vez por eso volviste a la iglesia después de alejarte un tiempo, porque tienes una necesidad apremiante. Que bueno que estas aquí y no en otro lugar. No te sientas mal de venir solo por eso, siempre ha sido así. El principal motor que impulsa a las personas a buscar a Dios son los problemas. Benditos problemas si el día de hoy ellos te trajeron aquí.

Porque hay cristianos, que asisten a las iglesias los cuales ante las necesidades apremiantes no se refugian en Jesús. Tu sé de los que si se refugian en Jesús.

¿Que elementos intervinieron para que esta familia fuera transformada?

 

Un padre involucrado.

Las familias clásicas tienen padres ausentes. No es la voluntad de Dios, pero es la realidad de muchas familias: Padres ausentes.

Muchos padres están ausentes por el trabajo, y eso a veces no se puede evitar. Hay trabajos que te demandan salir de casa, siempre ha habido trabajos así.

Pero la peor ausencia es la indiferencia. Los padres que estando, es como si no estuvieran. No se involucran con sus hijos, no participan en la vida de sus hijos, no se enteran de las actividades de sus hijos, no influyen en la espiritualidad de sus hijos, no disciplinan ni confrontan a sus hijos y tampoco les manifiestan cariño; todo lo delegan en su esposa.  Cuando hay alguna situación con los hijos, es común ver a la madre tratando de resolverlo. Aunque hay sus honrosas excepciones, generalmente es la madre la que va a las juntas de la escuela, es la madre la que lleva al doctor al niño, es la madre la que anda con los hijos para todas partes etc. (Aquí es donde las mujeres dicen: gracia pastor)

Pero en este caso, no fue la madre la que buscó a Jesús, fue el padre. El líder, el hombre, la cabeza, el sacerdote de ese hogar quien tomó la iniciativa de venir a los pies de Jesús y rogarle con fervor: Por favor ven.  así lo cuanta la historia:

Marcos 5:22-24NTV 22 Entonces llegó uno de los líderes de la sinagoga local, llamado Jairo. Cuando vio a Jesús, cayó a sus pies 23 y le rogó con fervor: «Mi hijita se está muriendodijo. Por favor, ven y pon tus manos sobre ella para que se sane y viva».  24 Jesús fue con él,

Esta historia nos deja ver algo genial: Cuando los padres se involucran, las familias cambian.

En la mayoría de las iglesias del mundo la mayor asistencia es de mujeres. Siempre son las mujeres las que sirven, las mujeres las que oran, las mujeres las que dan, las mujeres las que buscan a Dios. Pero en este caso vemos a un hombre enterado de la situación que hija esta viviendo, experimentando el dolor de la situación y abrazando la carga para venir a Jesús. Y el resultado final fue fenomenal. Cuando los padres se involucran las familias cambian.

Este es un tiempo en el que Dios está levantando hombres interesados en la vida de sus hijos, hombres interesados en buscar a Dios, hombres interesados en provocar visitas de Jesús a sus hogares. ¿ Cuantos de esos hombres hay con nosotros el día de hoy? Diga conmigo: Padres involucrados.

¿Que elementos intervinieron para que esta familia fuera transformada?

Una matrimonio en acuerdo.

Muchas familias enfrentan necesidades apremiantes, pero no todas las enfrentan con un matrimonio en acuerdo. A veces, es precisamente lo contrario, y eso provoca que la situación se vuelva mas grave todavía. Esta historia no solo nos permite ver a un padre involucrado, pero nos permite ver un matrimonio en acuerdo.

Cuando Jesús llega a la casa, Jesús envuelve en el asunto a ambos padres: padre y madre y allí estuvieron presentes los dos. Estaban en acuerdo, pero imagínate que la mujer no hubiera estado de cuerdo, ¿que hubiera podido decir?:

-Aquí ese tal Jesus no entra.

o,

-si vas con Jesús, aquí se termina todo entre nosotros. etc.

Pero las cosas no sucedieron así. La Biblia lo cuenta de esta forma:

Marcos 5:40-42NTV 40 La gente se rió de él; pero él hizo que todos salieran y llevó al padre y a la madre de la muchacha y a sus tres discípulos a la habitación donde estaba la niña. 41 La tomó de la mano y le dijo: «Talita cum» (que significa «¡niña, levántate!»). 42 Entonces la niña, que tenía doce años, ¡enseguida se puso de pie y caminó! Los presentes quedaron conmovidos y totalmente asombrados.

Que hermoso y poderoso es ver familias en las que ambos padres están de acuerdo, tienen clara la visión y los objetivos que tienen para su familia. El acuerdo te permite sobre ponerte a las risas de los observadores.

El acuerdo es un arma muy poderosa en las manos de Dios. Cuando oramos en acuerdo la mano de Dios se mueve. Jesús dijo:

Mateo 18:19-20NVI 19 »Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo. 20 Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.[2]

Dios habita en el acuerdo. La primer persona con la que debemos estar de acuerdo es con nuestra esposa o nuestro esposo. Si toda la familia podemos coincidir en algo, ¡que alegría! pero si no se puede, por lo menos el matrimonio debe estar en acuerdo y los hijos deben obedecer.

En el antiguo testamento dice:

salmo 133:1y3NVI 1 ¡Cuán bueno y cuán agradable es  que los hermanos convivan en armonía!… 3 Donde se da esta armonía, el Señor concede bendición y vida eterna

Quizá por estas razones Jesús no se quedó con Jairo a solas.  Quizá por eso, Jesús no actuó como en otras ocaciones en las que solo dio una palabra de sanidad. En esta ocasión Jesús quizo ir, y estar presente con esta familia y con este matrimonio para dejarnos una lección acerca de la importancia de que los matrimonios participen juntos en la sanidad y en el rescate de sus hijos.  por cierto: próximamente iniciará un ministerio de padres que oran por sus hijos. ¿te interesa? Intégrate.

No se le puede dejar toda la carga al hombre, tampoco se le puede dejar toda la carga a la mujer, ambos cónyuges  debemos participar en la vida espiritual de nuestros hijos, y en el rescate de ellos si están en problemas.

Esposo y esposa debemos aprender a estar en acuerdo en el hogar. DE acuerdo en los criterios disciplinarios de los hijos, de acuerdo en la administración del dinero. De acuerdo en el como utilizaremos nuestro tiempo etc. Para que entonces Dios se haga presente y derrame bendición en ese hogar hasta que sobre y abunde. Si no hay acuerdo, no hay bendición.

¿Que elementos intervinieron para que esta familia fuera transformada?

 

Una comunidad cristiana presente.

En este pasaje no solo vemos a una niña muriendo, a un padre pidiendo ayuda, y a un matrimonio en acuerdo; también vemos a una comunidad cristiana presente. veamos:

Marcos 5:40-42NTV 40 La gente se rió de él; pero él hizo que todos salieran y llevó al padre y a la madre de la muchacha y a sus tres discípulos a la habitación donde estaba la niña. 41 La tomó de la mano y le dijo: «Talita cum» (que significa «¡niña, levántate!»). 42 Entonces la niña, que tenía doce años, ¡enseguida se puso de pie y caminó! Los presentes quedaron conmovidos y totalmente asombrados.

¿Quienes estaban presentes en este milagro? La niña del problema, los padres suplicantes, Jesús el sanador, y ¿Quien mas? los discípulos de Jesus.

Estos tres discípulos representan la comunidad cristiana de la cual no nos debemos aislar.  No debemos dejar fuera de la ecuación a la comunidad Cristiana.  La transformación de los creyentes, y por ende, de las familias, es a través de la interacción con la comunidad cristiana. Dios se mueve entre su pueblo. es importante y crítico que tu te incluyas en la comunidad cristiana y que la comunidad cristiana se acerque a las necesidades de las familias.

Hay personas que quieren a Dios pero no a su iglesia. No puedes querer a Dios, y no querer a la familia de Dios. La vida cristiana se vive en comunidad. Es cierto que a veces las personas de la comunidad cristiana fallan en su trato con nosotros, pero eso, es importante no perder de vista que todos en la comunidad cristiana estamos en un proceso de transformación, y en se proceso fallamos, herimos, ofendemos por imprudencias que cometemos, es parte de la humanidad de la iglesia.

En esta historia vemos a la comunidad cristiana presente, fortaleciendo la fe de los padres, participando en la oración por la niña. Atestiguando el poder de Dios obrando  en la situación.

Si tu y yo queremos experimentar una verdadera transformación debemos permitir a la comunidad cristiana estar presente en nuestra vida, en nuestras luchas y batallas fortaleciéndonos con la oración y la comunión.

Quiero aprovechar este punto para animarles a todos a integrarse a la comunidad cristiana: a asistir a un grupo en casa, a formar parte de la iglesia eso te va a transformar.

llamar al Grupo de alabanza.

Hoy aprendimos que para que una familia sea transformada al encontrarse con Jesús se envuelven algunos elementos: Una necesidad apremiante, Un Padre involucrado, un matrimonio en acuerdo y una comunidad cristiana presente. ¿Cual de estos elementos le hace falta a tu familia? Porque quizá eso explica el porqué aún estando con Jesús las cosas no se arreglan, las relaciones no se sanan, y muchas cosas siguen  enfermas y casi muriendo dentro de la familia.

Cantar. Tu

Orar.

Quizá hoy viniste porque tienes una necesidad apremiante. Benditos problemas si por ellos el día de hoy estas aquí. ruégale a Jesús como le rogó Jairo. Dile:

mi matrimonio se esta muriendo, por favor ven; pon tus manos en mi matrimonio, pon tus manos en mi esposo, pon tus manos en mi corazón para que sane y viva.

 

 

 

 

 

[1] Nueva Traducción Viviente. (2009). (Mk 5:35–43). Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers, Inc.

[2] International Bible Society. (1979). Nueva Versión Internacional (Mt 18:19–20). East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional.

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