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Después del día Malo

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Después del día Malo.

Saludos familia, espero de todo corazón que se encuentren bien después de este período tan complicado debido a la pandemia. Ya han pasado muchas semanas desde que nuestra realidad fue cambiada para siempre.

A estas alturas, debido al aislamiento social, todos hemos sido afectados de alguna forma. Pero gracias a Dios que su palabra nos prepara para enfrentar todo tipo de escenarios, nos sostiene en todo tiempo, nos ayuda a adaptarnos a las nuevas realidades. La palabra de Dios también nos enseña lo necesario para salir victoriosos; y lo mas maravilloso es que Dios mismo nos acompaña durante el valle de sombra y de muerte.

Hoy estamos iniciando una nueva serie que le he puesto por título: después del día malo.

Obvio, esta serie hace alusión al período posterior a la cuarentena.

Este tema es muy importante porque todos pasaremos por un día malo. Quizá algunos apenas vamos saliendo de un día malo, y otros quizá todavía sienten que están allí. La Biblia dice:

Efesios 6:13 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

El tema central de este texto es el día malo. Se refiere a esa ocasión en la que uno siente que el mundo se viene a bajo, que se desmoronan los proyectos, que se derrumban los planes o que se mueren las ilusiones. ese día es horrible.

El día malo es mucho mas que enfrentar una simple dificultad.

El día malo puede ser un evento desconcertante de salud, o de índole económica, o una crisis matrimonial, o familiar, o incluso una pandemia. Cualquier situación que llega a nuestra vida de forma inesperada como un vendaval que nos sacude con violencia cual huracán a las palmeras tropicales; podría caber perfectamente en la descripción técnica de lo que es un día malo.

Puede ser por un accidente, por la pérdida de un ser querido, por la pérdida de un trabajo, o el cierre de un negocio, la pérdida de la salud etc.

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En muchos casos, ese día malo se podría convertir en una temporada mala.

¿Que aprendemos sobre el día malo en este fragmento de la escritura?

Aquí se da por hecho que el día malo va a llegar; significa, que el día malo no es opcional. El fragmento dice:

“…para que podáis resistir en el día malo…”
Sin duda va allegar; nos guste o no, lo creamos o no, estemos preparados

o no, el día malo va a llegar; o quizá a algunos ya les llegó.

Cuando leemos la Biblia, aprendemos el día malo le llega a los buenos y a los malos. A los creyentes y a los ateos, a los devotos y a los impíos; el día malo simplemente va a llegar y no hay vacuna contra el: ni ser cristiano, ni ser bueno, ni ser rico, ni tener educación.

También es importante destacar que el día malo no es necesariamente un castigo de Dios, aunque siempre sucede bajo su autorización. El día malo no necesariamente esta ligado a nuestras acciones; simplemente llega.

Por eso, este mismo fragmento de la escritura nos insta a estar preparados para ese día. Porque dice:

13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo…”

La palabra de Dios nos insta a ser prevenidos debido al día malo; porque Dios quiere que resistamos. En este caso, dice: tomad toda la armadura de Dios, es decir, protégete de antemano, blíndate para el día malo; blinda tu corazón, blinda tu economía, blinda tu relación de pareja, blinda tus lazos familiares, para que cuando llegue el día malo puedas resistir.

La Biblia nos enseña que tenemos una lucha; una guerra. Y el soldado que va a la guerra, no se viste para la batalla cuando esta sintiendo el ataque, se prepara antes de ir al campo de batalla.

Con esto Dios nos da a entender, que no deberíamos vivir nuestras vidas como si nunca fuera a suceder algo malo, mas bien nos insta a estar preparados para lo malo que pudiera venirnos. ¿Y como te preparas?

Espiritualmente, intelectualmente, económicamente, etc. Para que cuando llegue el día malo, el daño sufrido sea el menor posible.

Pero este fragmento también nos enseña al go muy importante y que nos da esperanza: el día malo va a pasar; el día malo no durará para siempre. Por eso dice:

y habiendo acabado todo, estar firmes

Ese decir: la temporada difícil de tu vida, llegará a su final tarde o temprano. Pasará esta racha mala. Dejaremos atrás esta temporada difícil.

Eso es maravilloso, podemos esperar que esta circunstancia difícil no dure para toda la vida. El día malo pasará.

Pero esto es lo importante: Dios tiene una expectativa de ti y de mi para cuando el día malo haya pasado, Dios espera que permanezcamos firmes. el Apóstol Pablo dice:

y habiendo acabado todo, estar firmes

Dios espera que cuando pase la temporada difícil, tu y yo estemos firmes. Dios espera que cuando pase la temporada difícil tu fe siga de pie; tu vida cristiana siga de pie, tu relación con Dios siga de pie.

NO es la voluntad de Dios que la dificultad destruya la firmeza de nuestra fe; pero eso pasa a veces, y le pasa a mucha gente. Y también podría pasarnos a ti y a mi. Por eso Dios nos previene, y nos capacita para que cuando el día malo llegue tu y yo podamos resistir; y cuando el día malo pase, tu y yo estemos firmes.

Este tema es muy importante y muy actual. El mundo entero hemos vivido un día malo. Un día que ha durado la mitad de este año. Un día en el que todos hemos pedido algo, y todos hemos sido expuestos a mas estrés del que quizá jamás habíamos enfrentado: el miedo a enfermarnos, el miedo a morir, el miedo a perder un ser querido; el miedo a perder el empleo. etc. Y todas esas sensaciones nos afectan de muchas maneras.

Quizá para algunos, en este día malo: la suma de todos sus miedos se hizo real; y eso te ha golpeado tan, tan fuerte que te sientes desmayar.

Hay esperanza en Dios para ti y para mi. Dios está con nosotros en medio de la adversidad; y cuando todo haya pasado el seguirá con nosotros para ayudarnos a juntar los pedazos de nuestro corazón que quizá se rompió; y para curarnos con su amor y gracia. Y una vez restaurados, el seguirá con nosotros para darnos un futuro y una esperanza.

La cuarentena quedará atrás, será parte de nuestra historia; pero ¿como estaremos tu y yo después de todo? ¿En que condiciones estará nuestra fe después de todo? ¿Como nos veremos a nosotros mismos y al futuro después que todo haya ha pasado?

Durante esta serie, analizaremos el día después del día malo de algunos personajes de la escritura, y aprenderemos lecciones muy valiosas de su experiencia, las cuales nos dejarán mucha riqueza espiritual.

Por ahora les digo esto:
después del día malo, celebra la fidelidad de Dios.

Hay un fragmento en la escritura que fue escrito después de un día muy malo. Lo escribió el Profeta Jeremías después del sitio de Jerusalén; y está ubicado en su libro “lamentaciones.” Y dice:

Lamentaciones 3:22-23 NVI 22 El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. 23 Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!

Si uno lee este versículo y separándolo del contexto del libro al que pertenece; uno podría pensar que Jeremías esta viviendo el mejor momento de su vida; o que escribió eso cuando mejor le salieron las cosas: cuando la chica se sus sueños le dio el si; o cuando le dieron ese empleó que siempre anheló; o cuando se ganó la lotería.

Pero en realidad no fue así. Con el título del libro basta: lamentaciones. Este versículo fue escrito después de un día muy malo, muy malo para su país. Sin embargo, cuando hubo acabado todo, Jeremías seguía firme. Su espíritu seguía vivo. Su corazón seguía latiendo por Dios.

Las circunstancias de Jeremías nunca fueron las mas deseables: el no tuvo resultados favorables en su ministerio. En realidad nunca tuvo grandes audiencia; mas bien, por su mensaje profético, siempre fue rechazado, fue golpeado, encarcelado y vivió pobreza.

Jeremías nunca se casó; por lo tanto no tuvo descendencia.

En cuanto a Judá su país, ellos se habían apartado del Señor y por ello Dios los entregó a la cautividad del imperio babilónico.

El sitio de Jerusalén había sido tan cruel que las personas habían pasado por circunstancias de extrema dificultad. Ese fue un día terrible.

Sin embargo, una vez que pasó el día malo Jeremías hizo un alto en su vida y celebró la fidelidad de Dios. El escribió el fragmento que leímos hace un momento.

Parece que lo que Jeremías esta diciendo no tiene sentido si lo comparas con lo que Jeremías está viviendo. Parece que Jeremías está en una profunda negación de la realidad; pero no es así.

Jeremías está celebrando la fidelidad de Dios porque sabía algo, que muchos ignoran, y eso que Jeremías sabía lo hacía celebrar la fidelidad de Dios.

Hace un momento dijimos:
después del día malo, celebra la fidelidad de Dios.

¿Como podríamos celebrar la fidelidad de Dios después de un día malo?

Reconociendo que las cosas pudieron ser peores y no lo fueron. Jeremías sabía que las cosas terminaron mal para su país y para su gente. Pero también sabía que las cosas podían haber sido mucho peores de lo que fueron; sin embargo gracias a la fidelidad de Dios no fue así.

Revisando el versículo de hace un momento en una versión distinta de la Biblia podemos ver con mas claridad lo que Jeremías estaba pensando y sintiendo; y lo que quería expresar:

Lamentaciones 3:22 y 23 RV60 “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos porque nunca decayeron sus misericordias.

Nuevas son cada mañana grande es tu fidelidad.

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Jeremías dice: Porque Dios es misericordioso no fuimos consumidos, solo castigados.

Jeremías sabía que Dios usó a Babilonia para castigar a Israel. La nación había sido devastada, como castigo por su rebeldía y su pecado.

Pero Jeremías sabía que el castigo de Dios hacia Israel pudo ser peor después de todo lo que Judá había hecho. Ellos merecían un castigo mas grave; sin embargo, Dios en su misericordia y fidelidad aunque los castigó, no los consumió por completo. No los arrasó hasta exterminarlos.

Jeremías también sabía que Babilonia era una nación conocida y temida por su crueldad. Sabía que ellos arrasaban por completo las naciones que conquistaban sin dejar nada a su paso; por lo tanto que Babilonia haya venido sobre Jerusalén, y no la hubiera consumido por completo se debía tan solo a la fidelidad de Dios.

Después del día malo Jeremías ve la destrucción, se detiene y celebra la fidelidad de Dios; su fe seguía latiendo, su confianza en Dios continua vibrante.

Podemos decir que habiendo acabado todo, Jeremías se mantuvo firme en su fe. Tal como lo menciona el Apóstol Pablo.

Trayendo esto al aquí y al ahora; Yo se que con la llegada del coronavirus muchos han perdido algo, o alguien; y no les cabe en la cabeza la posibilidad de agradecer a Dios después de todo lo que han sufrido. El consejo de Jeremías seria: reconoce que aunque todo esto ha sido duro y difícil; pudo haber sido mucho peor de lo que fue. Observa lo ocurrido en otros países. Observa lo ocurrido en otras familias, y agradece, que aún estas aquí para agradecerle a Dios su fidelidad.

¿Como podríamos celebrar la fidelidad de Dios después de un día malo?

Reconociendo la compañía de Dios durante el día malo.

Después del día malo Jeremías celebró la fidelidad de Dios porque reconoció su compañía durante el día malo. El resultado final fue triste, pero Dios lo acompañó en el proceso.

Esta es una lección que nosotros debemos aprender: A veces la vida es cruel, y por circunstancias perdemos algo o alguien muy valioso. Y al

hacer el recuento de los daños nos damos cuenta que ya no contamos con ese algo, o ese alguien que ocupaba un lugar muy importante en nuestra vida, o que nos proporcionaba seguridad. El resultado final es triste, pero no debemos olvidar que en el proceso Dios estuvo presente, acompañándonos y fortaleciéndonos.

Dios es bueno y por eso nos acompaña en medio de las dificultades de la vida. No siempre nos libra, pero siempre nos acompaña.

Dios le dijo a Israel:

Isaías 43:1-3 1Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, Jacob, y Formador tuyo, Israel: «No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti. 3 Porque yo, Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador;

Dios, como un padre que busca formar hijos resilientes, no nos evita las dificultades de la vida, pero nos acompaña en medio de ellas.

En este fragmento Dios se declara como el creador, como el formador, como aquel que le puso nombre a Israel. Esto nos habla del sentido de pertenencia que Dios tiene para con su pueblo.

Este fragmento nos habla de un Dios que ama a su pueblo, un Dios que nos infunde valor, pero que también permite que pasemos por distintos momentos de adversidad; por días malos. No porque el lo quiera, pero porque la vida es así. Dios no nos evita las dificultades de la vida, pero nos acompaña en medio de ellas.

Jeremías conocía a Dios y por eso, una vez que terminó el día malo, celebró su fidelidad, porque reconoció la compañía de Dios en medio de la dificultad.

Familia después del día malo, celebra la fidelidad de Dios. Recuerda que aunque esto ha sido difícil, gracias a Dios no fue peor, y recuerda que aunque el resultado final quizá es triste, Dios te acompañó en el proceso. Y Dios te sigue acompañando el está contigo. por eso te dice:

No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

Levanta tus manos allí en tu lugar y dale gracias al Señor por su fidelidad. Reconoce que a aunque esto ha sido difícil, gracias a Dios no fue peor, y recuerda que aunque el resultado final quizá es triste, Dios te acompañó en el proceso. Y te sigue acompañando el día de hoy y no are dejará.

Cantar no me dejará.

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